El Gobierno de la RFA atenúa la legislación sobre los "radicales"
El Gobierno de la República Federal de Alemania ha dado un paso adelante hacia la supresión del radikalenerlass de 1972, por el que el Departamento para la Defensa de la Constitución (policía política) podía interceptar el paso a los servicios públicos de cualquier militante de un partido considerado como extremista.La decisión de atenuar aquella normativa, elaborada y puesta en práctica por los jefes de los gobiernos regionales y por el entonces canciller Willy Brizjick, ha originado tensiones dentro del Gabinete federal, hasta el punto de que el Consejo de Ministros en que se decidió la reforma ha durado nueve horas. La Democracia Cristiana reaccionó fulminantemente y anunció que en las regiones administradas por este partido se mantendrá la práctica anterior.
Según la reforma propuesta por el Gobierno, desaparecerán las pesquisas sistemáticas contra cualquier militante de un partido de extrema izquierda o extrema derecha (maoístas o neonazis) que aspire a un puesto en la Administración. Estas pesquisas solamente se aplicarán en casos concretos en los que existan pruebas fehacientes de que el peticionario es, efectivamente, enemigo de la Constitución vigente.
En todo caso, quedan prohibidas las acciones de la policía política contra cualquier ciudadano menor de dieciocho años. Como medio de observación del aspirante, el Gobierno proyecta crear un estamento previo al funcionariado al que pertenecerían los aspirantes a un puesto en la Administración que estuviesen realizando cursos de preparación a cuenta del Estado.
La reforma contribuirá, sin duda, a tranquilizar a un amplio sector de la juventud que, según un dictamen del Tribunal de Garantías Constitucionales y en opinión de socialdemócratas y liberales, se sentía cada vez más inseguro por la acción policial a la hora de presentar una solicitud de ingreso en cualquier organismo estatal.
Según el último informe sobre «protección a la Constitución», en la Administración pública existen 2.281 radicales -entendidos aquí como tales los militantes de cualquier fracción comunista- y 448 extremistas de derecha.
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