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Presunto apoyo de Libia a una operación contra el régimen de Burguiba

Con la liberación de sus 75 pasajeros y la detención de los secuestradores, terminó ayer en Trípoli la breve odisea del Boeing 727 de la compañía Tunis Air, desviado por cuatro personas de nacionalidad tunecina cuando efectuaba el vuelo regular Túnez-Francfort. Los organizadores del secuestro intentaban obtener la liberación del dirigente sindical tunecino Habib Achur, quien purga una condena de diez años de trabajos forzados en la prisión de Nador, cerca de la localidad de Bizerta. Según círculos diplomáticos, la operación habría contado con el apoyo de Libia.Según las informaciones obtenidas en medios diplomáticos, un amplio sector disidente de sindicalistas tunecinos trató de conmemorar el primer aniversario de la manifestacion realizada por los trabajadores de Túnez el 26 de enero de 1978, duramente reprimida por el Ejército y la policía, perdieron la vida varios centenares de personas con este acto de piratería aérea, destinado también a obtener la liberación de Achur y del antiguo ministro de Asuntos Exteriores Mohamed Masmudi

Tras una cerrada negociación en el aeropuerto de Trípoli con las autoridades libias y el encargado de negocios tunecino, fueron puestos en libertad los pasajeros y la tripulación, mientras los autores del secuestro se entregaban a la policía y solicitaban asilo politico en Líbia. Túnez, por su parte, ha solicitado la extradición de los piratas aéreos.

Operación de la UGTT

La forma en que se ha desarrollado la liberación de los pasajeros y la entrega de los secuestradores del avión permite suponer, según medios diplomáticos, que podría tratarse de una operación dirigida por los partidarlos de la antigua dirección de la UGTT, que están relacionados con el grupo fírmante de una declaración anti Burguiba el pasado día 5 de diciembre, entre los que se encuentran tres miembros del buró político de esa central sindical, con el apoyo de Libia, la cual ha manifestado reiteradamente su desagrado por la detención de Achur y otros dirigentes de la UGTT.El ministro Mohamed Masmudi, quien había testimoniado ante el Tribunal de Seguridad del Estado que juzgó a Achur, se encuentra en residencia vigilada, como consecuencia de la animosidad personal del director del partido oficial, Destur, Mohamed Sayah Masmudi, al igual que Achur, es considerado como otro de los más firmes partidarios de un estrechamiento de relaciones entre Túnez y Trípoli.

En los últimos meses, las relaciones entre Túnez y Libia han vuelto a deteriorarse. El Gobierno tunecino acusó a Trípoli de haber remitido, en vísperas del proceso de Achur, varios alijos de armas a supuestos opositores al régimen que dirige Habib, Burguiba. Este regresó el pasado viernes a Túnez, después de haber estado hospitalizado por espacio de mes y medio en una clínica de Venusberg, en la República Federal de Alemania.

Entretanto, el primer ministro, Hedi Nuira, el más firme candidato a la sucesión de Burguiba, efectuó una visita oficial a Washington donde fue recibido por el presidente Carter.

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El propio Nuira apoya las «reticencias antilibias del Destur, pero no apoya con la misma convicción la campaña antiargelina de Sayah, según el cual «el verdadero peligro que acecha a Túnez no viene de Trípoli, sino de Argelia».

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