Los lobos
Don Juan Carlos I ha firmado la Constitución, pero se conoce que en la Constitución no pone nada de lobos, porque al día siguiente han decidido los organismos ecológicos correspondientes acabar con los lobos en todo el territorio nacional mediante la administración generosa, dosificada, científica y gratuita, de estricnina a los lobos.Xirinachs, que no me gusta nada, ha dicho una cosa certera:
-Mucho protocolo para sancionar la Constitución. Pero en la calle no hay alegría. Esta no es a Constitución del pueblo.
Efectivamente, aquí las Constituciones se han recibido en la calle, como por tradición, de una manera popular y cachonda. El pueblo se hacía en seguida una cometa con la papela de la Constitución y la volaba por el cielo azul de España, alegremente, confiadamente.
Claro que eso le duraban: lo que una cometa.
Ceno con Tierno Galván y Carmen Diez de Rivera. Tierno es quizá el único hombre que tenemos en España capaz de escribirse una Constitución entera, de pe a pa, una Constitución progresista, moderna, bien pensada y bien redactada. Bueno, pues no le llamaron ni para mandarle a comprar plumines y palilleros.
Don Juan Carlos sabe lo que se hace (aunque a mí me tiene en un grito) al firmar y no jurar la Constitución, que, como han dicho los lobos asilvestrados de la prensa yanqui (ésos son otros lobos), esto pone una distancia entre la Corona y la política. Y digo que sabe lo que se hace porque, con Constitución o sin ella, los españoles nos seguimos gobernando por decreto /sorpresa y por decreto de expulsión. Me explico.
Primero va doña Isabel la Católica, se pone a la hispano/olivética y decreta la expulsión de los judíos, que habían cometido el infamante delito de saber matemáticas. Luego viene Franco, toma el brazo de Santa Teresa y con él firma la expulsión de los rojos, intelectuales, masonazos, republicanos, ateos, librepensadores, liberales y hasta Sánchez Albornoz, que es de derechas.
Hoy mismo, al día siguiente de sancionada la Constitución, salen los loberos, y, con el brazo de Isabel la Católica y la prosa, redactan un escrito o decreto de estricnina contra el lobo feroz.
¿Quién le teme al lobo feroz, quién teme a Virginia Woolf, quien teme a los judíos, a los intelectuales, a los lobos, que son un animal cruce de intelectual y judío? Los de siempre, la. España eterna, que por eso no saca las municipales. Isabel de Castilla le pega un corte a Cristo, que era judío. Franco le pega un corte a la Constitución republicana y los de la cosa forestal y ecológica le pegan un corte a la Constitución del consenso, decretando estricnina para los lobos, como si no fueran ciudadanos del Estado español, y los únicos, hasta ahora, que no han pedido autonomía.
Querido Félix Rodríguez de la Fuente, sal del quiosco de los fascículos y haz algo por tu amado lobo, que tú me contaste una vez que una loba se había enamorado de ti. De mí también se han enamorado algunas, lo que pasa es que bailaban en Pasapoga.
La imaginación anderseniana de la Europa del norte está llena de lobos. Aquí lo que, nos falta es imaginación. Como el lobo es el animal/fábula por excelencia, está clara la fábula del lobo y las municipales, o sea, que el Gobierno las convocaldesconvoca, es decir, que no las ha convocado porque sabe que las municipales suponen la bajada de los lobos a la ciudad. Con las municipales, los lobos socialistas y comunistas van a bajar de toda la cordillera Oretana, Carpetana y Penibética a comerse a las ovejas del redil acotado con el yugo y las flechas.
Todos los lobos van a votar izquierda en las municipales, y por eso se va a esparcir antes un poco de zotal y estricnina por el Estado, español, con las generales, para que el lobo socialista o comunista muera con el voto entre los colmillos. Hay una campaña ecológica/antiecológica para erradicar la. hermosa especie del lobo hispánico. A los niños de derechas, en España, se les grita que viene el lobo. A los lobos hay que gritarles que viene ucedé.
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