Gobierno y centrales intentan "desdramatizar" la conflictividad laboral
Diversas manifestaciones, tanto desde sectores de la Administración como del campo privado y sindical, coincidían ayer en señalar la escasa incidencia de la actual conflictividad laboral y la creencia de que no asistiremos en los próximos meses a una escalada de tensiones en las empresas.El subsecretario del Ministerio de Trabajo, Gerardo Harguindey, manifestó en unas declaraciones concedidas a la agencia Europa Press que no ve razones para creer que este invierno laboral va a ser «caliente» o conflictivo. «Las huelgas -manifestó- no interesan al trabajador ni al empresario, no son buenas para las centrales, las organizaciones empresariales y el Gobierno, no benefician a la economía ni a la democracia.»
Durante el año 1975 se perdieron en España 42 millones de horas de trabajo, y en 1976 la cifra se elevó a 149 millones, para descender a 109 millones en 1977 y a 72 millones en los once primeros meses del año actual. «Yo tengo el convencimiento de que 1979 va a desarrollarse en términos muy parecidos a éste. Creo que esto nos lleva a pensar que la existencia de centrales y asociaciones empresariales es absolutamente necesaria en la vida del Estado, pues hay un crecimiento de su sentido de la responsabilidad.»
Otro representante de la Administración, Crisanto Plaza, director general de Política Económica del Ministerio de Economía, señaló en Barcelona: «Yo no veo un 1979 beligerante, porque este país es medianamente razonable y, entre el 16% de aumento salarial que piden las centrales sindicales y el 10% que ofrecen las patronales, creo que se llegará a un acuerdo.
Carles Gelabert, presidente de la patronal catalana Sefes, señaló ayer por su parte que «la casi segura celebración de elecciones generales no favorecerá en nada el necesario relanzamiento de la economía. Sin embargo -señaló-, lo que es fundamental es que, gane quien gane, empiece a gobernar». Gelabert expresó su preocupación por lo que calificó como «año electorero», ya que en 1979 podrían celebrarse elecciones generales, municipales y, específicamente en Cataluña, elecciones para aprobación del Estatuto y para cubrir los puestos del Parlamento de Cataluña. Expresó, sin embargo, su preocupación por el «invierno caliente», del que dijo que «nos preocupa enormemente. Acataremos la legalidad, pero no permaneceremos impasibles ante una oleada de huelgas y actuaremos de forma similar a como lo hagan las centrales patronales ».
Nicolás Redondo, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), manifestó ayer a la agencia Efe que «es preciso desdramatizar la situación laboral, actual, pues todas las huelgas que se están produciendo son perfectamente asumibles por el país, y en ningún caso van a llevarnos al caos».
Dijo que en estos momentos no había más huelgas que en otros momentos del año, pero «como se ve, todos estos conflictos se están reduciendo y se está llegando a acuerdos entre empresarios y trabajadores». Manifestó también que «UGT no descarta la posibilidad de una negociación bipartita con la CEOE. Para esto, la patronal debería partir de una postura realista. Nosotros negociaríamos nuestro tope salarial del 16%, pero no sería posible un entendimiento si la CEOE continúa con su tope salarial del 10%. En cualquier caso, y sobre estas bases, los topes serían negociables y no puestos de antemano».
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