Oreja: "En 1978 se han trazado las líneas maestras de la política exterior"
El ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, declaró ayer que en 1978 se han trazado las líneas maestras de la política exterior española de la democracia. El jefe de la diplomacia hispana hizo esta afirmación en el curso de una rueda de prensa, en la que resumió las acciones más relevantes de la acción exterior del año que ahora termina, destacó una progresiva concertación de los partidos políticos en torno a esta política y afirmó que en 1979 España preparará la Conferencia de Seguridad y Cooperación, profundizará en su cooperación con Africa y América Latina e intentará el diálogo político con Gran Bretaña sobre Gibraltar.
«El año 1978 ha servido para sentar las bases de la política exterior española que es europea, democrática y occidentalista, con dos especiales proyecciones sobre Africa y América Latina», afirmó el señor Oreja al inicio de su disertación, añadiendo que un punto esencial de la actividad exterior del año que se cierra «fue la progresiva coincidencia de los partidos políticos en la actuación internacional de España». Esta progresiva concertación interpartidaria es la que, a juicio del ministro, da el título de democrática a la acción exterior española, que él califica de europea por la ubicación histórica y geográfica de la Península y por su vocación de miembro de las Comunidades Europeas. El término occidentalista, adoptado después del congreso de UCD, fue incorporado a la definición global para evitar calificativos de política tercermundista, como los surgidos desde dentro y fuera de UCD después del discurso del ministro ante la Asamblea General de la ONU, por ambiciones personales de unos y otros y presiones de neta inspiración atlántica-americana. El señor Oreja, reconoció que el occidentalismo se incorporó para evitar confusiones sobre un supuesto tercermundismo que en su opinión nunca existió, y que algunos quisieron ver, empeñados en que hablara de la opción OTAN del Gobierno en el marco de las Naciones Unidas. «Opción -dijo Oreja- que depende del Parlamento.» El ministro añadió que los viajes del Rey a China -y su discurso sobre las potencias hegemónicas- y de Suárez a Cuba siguen manteniendo su vigente valor político, enmarcados en el contexto en que se desarrollaron ambos desplazamientos.
España no es neutral ni neutralista
En este debate puede incluirse la afirmación del ministro de que «España no es neutral ni neutra lista» y que «el Gobierno no ha hipotecado su política atlantista con la próxima celebración en Madrid de la Conferencia Europea de Seguridad y Cooperación», prevista para 1980 y cuyo futuro constituyó uno de los puntos esenciales de las declaraciones del ministro. El señor Oreja señaló que el Gobierno quiere preparar seriamente esta conferencia y que espera obtener de ella resultados concretos en los temas de desarme y distensión. Añadió que ya se está trabajando, en ello y que España se concertará con los países del occidente europeo y, en especial, con los de la CEE a través de la cooperación política de los nueve que se iniciará a partir del próximo mes de febrero, y que dependerá del Ministerio de Asuntos Exteriores.Sobre las relaciones con la CEE, el ministro recordó la presentación de la candidatura en julio de 1977, se felicitó de la marcha del proceso de adhesión, hizo referencia a las declaraciones de Calvo Sotelo sobre la necesidad de negociar con dureza y espíritu mercantilista y añadió que también «con vocación de construir la Europa pólítica». En relación con este continente, el ministro resaltó la entrada de España en el Consejo de Europa («en cuyos trabajos participaron intensamente los partidos políticos españoles»), el próximo discurso que el presidente Suárez pronunciará en esta Asamblea hablando del cambio político español como fórmula ejemplar-, y se refirió al acuerdo España-EFTA, rubricado y pendiente aún de la firma portuguesa como otro avance. Asimismo recordó sus visitas a Polonia y Yugoslavia, y anunció su próximo viaje a la URSS en enero, y más adelante a Hungría y Rumania.
Ley de cooperación exterior
En las relaciones con Africa, el señor Oreja no dijo demasiado. No se refirió a la ausencia de embajadores en Madrid y Argel -hoy normalizada-, a los devaneos de la crisis del Sahara, a los ataques y secuestros sufridos por pescadores españoles, ni a las relaciones establecidas rocambolescamente entre UCD y el Frente Polisario por medio de Javier Rupérez. El ministro pasó rápido por el tema, recordó que España mantiene la autodeterminación saharaui, calificó de éxito la gira africana -ministerial y parlamentaria- relacionada con las pretensiones de la OUA sobre Canarias y dijo que, por el momento, «no hay fechas para el viaje del rey don Juan Carlos a Marruecos», aunque se sabe que el Monarca pueda visitar en 1979 varios países africanos y un nórdico. Tampoco habló del tan traído y llevado viaje de Suárez a Argel.Sí anunció que para 1979 su Ministerio prepara una ley de Cooperación Exterior que permitirá una mayor presencia de España en Africa con un presupuesto superior al actual, de 110 millones de pesetas, y afirmó que España «no cambiará su política sobre Ceuta y Melilla».
De la otra orilla, de Gibraltar, dijo que esperaba iniciar en 1979 consultas políticas con Gran Bretaña, sin perder el objetivo final de España, que es la recuperación de la soberanía del Peñón.
En relación con América Latina, el ministro resaltó los viajes del Rey y de Suárez, y tituló de ejemplares las relaciones con México y Venezuela y de fructíferas con Argentina.
Despedida del año y no del Ministerio
Marcelino Oreja hizo un balance del total de viajes y visitas oficiales en 1978 de autoridades españolas y extranjeras, que da las siguientes cifras: El Rey visitó nueve países; el presidente Suárez, tres, y el ministro de Exteriores, treinta; cinco jefes de Estado visitaron España, al igual que otros cuatro jefes de Gobierno y doce ministros de Asuntos Exteriores.Al término de la conferencia de prensa interrogamos al ministro, vista su amplitud y solemnidad, por si era su despedida del Gobierno, relacionando esta idea con posibles cambios de ministros y con la siempre amplia lista de novios que tiene el puesto de Asuntos Exteriores. El señor Oreja dijo: «De momento esta cartera tiene esposo, no sé nada de cambios en el Ministerio; nos veremos el año que viene» (si Suárez quiere).
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