Pilotos chinos prueban el avión británico Harrier

Pilotos militares chinos acaban de efectuar pruebas con el avión de combate Harrier, de «decolage» y aterrizaje vertical, en una base británica.Los ensayos se realizaron durante una visita hecha por una delegación china a Francia y Gran Bretaña a comienzos de este mes. En Francia, los especialistas de Pekín se interesaron además en el nuevo avión de combate francés Mirage 3.000, que está preparando la empresa Dassault Breguet. Se trata de un aparato polivalente, para defensa aérea y también con capacidad ofensiva a baja altura.

Tanto James Callaghan como Valery Giscard d'Estaing, primer ministro británico y presidente francés, respectivamente, han recibido recientemente varias advertencias del presidente soviético Leónidas Brejnev, en el sentido de que la entrega de armas occidentales a China constituiría un acto «contrario a la distensión», puesto que China considera inevitable una tercera guerra mundial. En su respuesta a Moscú, Londres y París reiteraron su «independencia» en materia de política exterior.

Los últimos cambios políticos registrados en China están facilitando la venta de armas avanzadas europeas al régimen de Pekín.

Entre esos cambios ha cobrado una especial significación en Occidente la rehabilitación póstuma del mariscal Peng Teh-huai, comandante de las fuerzas chinas durante la guerra de Corea y una de las figuras militares más importantes de China, purgado en 1959 por el régimen de Mao bajo la acusación de «oportunismo derechista».

Esta rehabilitación ha sido recibida en Europa y Estados Unidos como la demostración concluyente de que el nuevo régimen encabezado por Hua Kuo-feng y su viceprimer ministro, Teng Hsiao-ping -verdadero artífice de la actual transformación política del país-, están decididos a suprimir la política de autarquía y aislamiento de Mao, abiertamente criticada por el mariscal Peng en su momento.

Aparte de esta campaña de rehabilitaciones y de dazibaos (carteles murales) desarrollada últimamente en Pekín, otro de los indicios de la apertura que se está operando en el país es la decisión de Pekín de organizar elecciones libres en fábrícas, aldeas e institutos científicos para suplantar en parte a funcionarios del partido.