El Partido Comunista italiano se presenta como opción de Gobierno
El Partido Comunista italiano (PCI), el más fuerte de Occidente, publica hoy en su órgano oficial, L'Unita, el proyecto de tesis para el XV Congreso nacional que se celebrará en Roma el próximo día 20 de marzo. El proyecto fue aprobado el viernes por el Comité Central del partido y por la comisión central de control. Ahora será discutido y analizado en las 12.000 secciones de toda Italia. EL PAÍS tuvo acceso en la mañana de ayer a los doscientos folios de este importante documento.
La primera impresión que da su lectura es la de un partido que se presenta no sólo ante sus adeptos sino a todo el país, con un programa de gobierno exhaustivo, que va desde la política internacional a la reforma del Estado y al análisis de la vida política interna del país. Plantea el proyecto la concepción de un nuevo camino hacia el socialismo como proyecto «mundial» de una sociedad «nueva» que sea capaz de «cambiar la calidad de la vida», insiste en el respeto total de todas las libertades.y en el reconocimiento de todas las opiniones, de todas las novedades en fermento en la sociedad, incluso aquellas «contrarias al proyecto socialista».Quienes pensaban que el PCI estaba dispuesto a volver a la oposición quedarán desilusionados. Todo el congreso supondrá la preparación de una acción directa de gobierno.
En estas tesis se lanza un «tercer camino hacia el socialismo» y se rechaza tanto el socialismo «estatalizado», por considerarlo contrario al pluralismo democrático, como la «socialdemocracia», insuficiente para «superar el capitalismo».
"Socialismo nuevo"
Esta búsqueda de un socialismo «nuevo», que sea al mismo tiempo «pluralista y democrático», se recalca machaconamente en todo el documento. En está línea, se hace una crítica muy dura de aquellos socialismos que no han respetado estas «libertades» y que han contribuido al «anticomunismo». Pero, advierte el documento, que «es absurdo» pensar que estos «errores» sean debidos al pensamiento de Lenin o de Marx. Lenin sigue siendo el «mayor revolucionario del siglo», y el marxismo, como método de análisis, sigue siendo siempre válido. Pero al mismo tiempo el PCI reconoce que el marxismo no basta y que el pensamiento de Marx, Engels y Lenin «no constituye un sistema doctrinal». Por eso, según la idea de Granisci y de Togliatti, los comunistas italianos desean «verificar críticamente la doctrina de los padres del socialismo con la realidad histórica y con otras corrientes del pensamiento». En esta línea, dice el texto, «es necesario en el estatuto llamar la atención sobre la riqueza de esta herencia y sobre la exigencia de conocerla y profundizarla, superando la fórmula limitativa del artículo cinco de los actuales estatutos», en el cual se imponía hasta ahora a los inscritos en el partido, el adoctrinamiento marxista-leninista.En este sentido, resalta también la gran experiencia revolucionaria de la Unión Soviética, que el PCI la considera como «un valor de ruptura histórica del sistema del imperialismo y del impulso a las revoluciones nacionales y sociales». Los movimientos que nacieron de esta experiencia, dice el texto comunista, «tienen hoy un papel determinante en la vida mundial».
Pero, al mismo tiempo, en las tesis congresuales se reafirma el derecho de libertad para la construcción de un «socialismo nacional» sin «intromisiones extranjeras» de ningún tipo.
El PCI está convencido de que es imposible construir una sociedad mejor y más justa sin una verdadera «unidad de las izquierdas». En este sentido lanza un llamamiento al Partido Socialista para que abandone cualquier tentación socialdemócrata y de ruptura con los comunistas.
Pero, a la vez, rechaza la «alternativa de izquierdas», como contrapuesta a una política que reconozca la validez de otras fuerzas democráticas, sobre todo aquellas fuerzas cristianas «que luchan por la libertad con las fuerzas progresistas de la izquierda». Según las nuevas tesis, el. «compromiso histórico» sigue siendo válido, pero no se trata de una «fórmula política», sino más bien de «una visión de la vida política y social y de los caminos y de los modos para el desarrollo democrático y para la avanzada del socialismo que nosotros consideramos más válidos y realistas en relación, a la historia y a la realidad de nuestro país». Se trata, pues, de reconocer, sobre todo, a las tres grandes fuerzas democráticas del país: demócrata-cristiana, comunista y socialista, la capacidad de promover esta «gran transformación de la sociedad».
Una palabra es clave en todo el documento: la fuerza que el PCI da a visión «moral» de la política. Repite una y otra vez que el PCI «reafirma para hoy y para el futuro el principio del respeto de la religión y de todas las libertades religiosas». Reconoce, sobre todo, a la «conciencia cristiana» la capacidad de ser «estímulo para un empeño de lucha para la transformación socialista de la sociedad».
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