La Constitución puede ser promulgada el día 26

La Constitución será promulgada probablemente entre los próximos días 26 y 27, según los cálculos que efectuaron ayer en la sede de Unión de Centro Democrático (UCD) directivos del partido. El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, según se comentaba en la sede del partido gubernamental, no agotará el plazo de treinta días que le concede la propia Constitución para anunciar al país si opta por el voto de investidura o por convocar elecciones generales, sino que muy posiblemente lo comunique en las fechas inmediatas a la promulgación de la Constitución.Los directivos de UCD permanecieron ayer hasta altas horas de la madrugada en la sede central, en la calle de Arlabán. En una sala de la planta quinta se instaló un gran panel al que un equipo de jóvenes trasladó los resultados parciales que fueron llegando, bien por télex bien telefónicamente, desde las delegaciones provinciales de UCD. «Contamos con nuestras propias fuentes porque somos el único partido que ha tenido interventores en un 85 % de las mesas electorales en todo el país. Aunque esté mal decirlo, hemos tenido en algunos casos datos exactos antes que el propio Ministerio del Interior», señaló el secretario de Acción Electoral, Manuel Núñez.

El secretario general de UCD, Rafael Arias Salgado, no se mostró excesivamente preocupado por el índice de abstención que se contabilizaba a las dos y media de la madrugada. «Esta Constitución se va a aprobar por más de un 70% de los votantes y ese es un resultado magnífico», afirmó. El señor Arias Salgado resaltó que el índice de abstención no habla sido alto en todo el País Vasco, ya que en Alava los votantes superaban el 60 % del censo.

Optimismo también en el PSOE

«Conseguir un porcentaje de votación superior al 60% es ya un triunfo. No creo que nadie tenga por qué ponerse nervioso por las cifras de abstención». El número dos del PSOE, Alfonso Guerra, minimizaba a las doce de la noche, en la sede de su partido, la importancia de una abstención que casi todos reconocían superior a la esperada.

Apenas una treintena de personas seguían a medianoche por un televisor portátil los primeros avances de resultados. En los locales de la ejecutiva nacional (García Morato, 165) no había ni triunfalismos ni decepciones. Ante una mayoría de periodistas extranjeros, Alfonso Guerra insistía, una vez más, en la «irresponsabilídad del Gobierno, que hasta última hora no ha reconocido públicamente que el censo está hinchado en millón y medio de electores, que yo creo que son cerca de dos millones».

Esta inflación de presuntos votantes llegaba, en su opinión, al 18% en Vizcaya. «Un análisis correcto de los resultados nos permitirá comprobar que desde las elecciones de junio ha habido un muy ligero descenso del interés político. Ese debe ser el dato significativo .»