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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Imágenes libertarias

La trayectoria un tanto irregular y zigzagueante de Francesc Bellmunt parece haberse asentado en los últimos tiempos. Desde sus balbuceos en el corto Underground, con cosas como La mano de Belgrado, hasta La orgía, Bellmunt ha recorrido un largo y tortuoso camino, donde encontramos un episodio del terrorífico colectivo Pastel de sangre, un aventuras-spaghetti de encargo titulado Robin Hood nunca muere, y sus dos largometrajes documentales sobre la canço catalana: La nova canço y Canet rock, este último sin estrenar aún, en Madrid.Algunos críticos catalanes, al. referirse a La orgía, han hablado de Tigres de papel, otros hasta han llegado a suponerla el equivalente catalán del filme de Colomo. Lo cierto es que entre ambas hay pocas cosas en común: la intención de retratar de modo fiel y directo una juventud relativamente local y progre, una frescura y una soltura inhabituales que vienen del recurso a un nuevo tipo de actor, e incluso a no profesionales, y de la utilización de ese insustituible aliado del cine moderno que es el sonido directo.

La Orgía (L'Orgia)

Director: Francesc Bellmunt. Guión: Juanjo Puigcorbé y Francesc Bellmunt. Fotografía: Tomás Pladevall (16 mm., hinchada a 35 mm.). Intérpretes: Juanjo Puigcorbé, Alicia Orozco, Francesc Albiol, Ricard Borrás, Mercé Molina, Vicky Peña, Lali Seogorb, Joan Borrás y Carme Elíes. Española, 1978. Locales de estreno: Drugstore y Carlton.

Lo que dificulta, en principio, la visión madrileña de L´orgía, es que la película, rodada en catalán y en sonido directo, ha sido doblada al castellano. Tratándose de un filme de las características antes citadas, el doblaje resulta un mal doblemente atroz. Digamos que se carga el filme en un 40%. Por lo cual, estas consideraciones no deberían tomarse más que como una reflexión sobre una obra parcialmente mutilada.

L'Orgia es una crónica desenfadada, pero crítica, sobre un cierto sector de la progresía catalana, un filme coral en cuanto que incide, una vez más, en ese género, tan de moda últimamente, que es el retrato de grupo, y al cual pertenecen filmes tan distintos como La escopeta nacional, Las truchas, Un día de boda, etcétera.

Bellmunt observa a sus personajes con complicidad, pero sin complacencia y, sobre todo, con mucho humor. Lo mejor de la película son algunos hallazgos de detalle donde Bellmunt parece dejarse llevar por el chiste, la magia y un cierto tono de tebeo. Los gags de la óptica, unas gafas que caen por la ventana o el chocolate derramado mientras una pareja hace el amor son momentos privilegiados y resueltos con inteligencia. La película decae cuando sus personajes se toman a sí mismos en serio y teorizan y filosofan sobre la trascendencia de su fiesta.

L'orgia es un filme insolente, irreverente, voluntaria y constantemente provocador. Bellmunt no ha profundizado todo lo que podía en un tema que daba mucho más de sí, y algunos de sus personajes no están del todo dibujados, pero es más que probable que su intención fuera hacer un filme ligero, donde cualquier acto alegre e irreflexivo tuviese más importancia que el más profundo o pesado de los discursos. En cualquier caso, y a pesar de todo, L´orgia es un filme a ver y a defender.

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