Joaquín Achúcarro interpreta a Roussel

La actuación de Achúcarro y la composición del programa dirigido por Mannino fueron los mayores puntos de atractivo en el último concierto de la RTVE. Sonate tercera, de Rossini (para cuarteto de arcos sin viola pero con contrabajo), Concierto para piano, de Roussel, y la serie completa de las Imágenes para orquesta, de Claudio Debussy suponen un reperiorio bien lejano de lo habitual.Del breve, conciso, brillante y, por momentos, hondamente lírico concierto de Roussel, Joaquín Achúcarro, con técnica tan madura como su pensarniento musical, logró una versión espléndida. La violencia del primer movimiento, relativa si la corri paramos con algunas páginas de Bartok, precisa de pujanza, amplitud sonora, nervadura rítmica. Cualidades que posee Achúcarro, al tiempo que supone penetrar en el recóndito lirismo del «adagio» -estático, misterioso- y resolver con fortuna la serena simplicidad del movimiento final. Un triunfo total del pianista bilbaíno, regularmente acompañado por el maestro invitado.

Es bien conocido Franco Mannini, muy especialmente por su intervención en películas famosas de Visconti. Pianista de mérito, director artístico en varias óperas italianas, compositor, profesor, su personalidad goza de mucha estimación, incluido el aspecto directorial. No obstante, aún reconociendo dominio de las partituras (acompañó Roussel de memoria), su actuación en Madrid hemos de calificarla como pálida, sumaria, sin particular interés. Su Debussy, tanto en Gigas, en Rondas, como en Iberia, resultó mucho más burocrático que poético.