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La Semana de Cine Iberoamericano carece de ayudas económicas

El pasado lunes comenzó la IV Semana de Cine Iberoamericano en Huelva, con la proyección de Alambrista, producción de Estados Unidos, dirigida por Robert Young, que obtuvo el Gran Premio en el último Festival de Cine de San Sebastián.Poco antes de comenzarla citada proyección el director de la Semana, José Luis Ruiz, hizo un somero balance de las tres ediciones anteriores y señaló claramente el principal obstáculo del certamen: la falta de medios y ayudas económicas. Huelva debe ser a estas alturas de la inflación festivalera el certamen con menos apoyos económicos de cuantos subsisten, pese a que el contenido del mismo, cine iberoamericano, coincide con la terminología oficial, que da títulos a organismos administrativos y a declaraciones programáticas de mayor o menor talante expansionista o solidario.

En el organigrama de la Administración existe un Centro Iberoamericano de Cooperación Cultural y en los discursos de los próceres no suelen faltar alusiones al concepto de Hispanidad. Pues bien, el único certamen de cine que se encuadra en este concepto está a punto de desaparecer por falta de ayuda económica. Es lo que se suele llamar la demagogia de los hechos.

Alambrista, de Robert Young, proyectado en la sección especial, narra las desventuras de los emigrantes clandestinos mexicanos a Estados Unidos. El director, que realizó la película con una ayuda de la Fundación Guggenhein, optó por el documental antropológico como forma de expresión, sin renunciar por ello a las ventajas que aporta el cine en la reconstrucción de los hechos. Un filme sólido, imaginamos que eficaz en la divulgación de algunas de las modernas injusticias sociales.

En la sesión de la noche se proyectó, también en la sección especial, el filme del italiano Marco Belocchio Noticia de una violación en primera página, en la que el tema central es la manipulación, burda manipulación, de una noticia de sucesos en un periódico conservador, y todo ello en una fase preelectoral de la política italiana. La moraleja de Belocchio es simple: no se fíen ustedes de la prensa de derechas. La moraleja de quienes no creen mucho en las moralejas sería algo así como: no se fíen ustedes mucho de quienes, en nombre de ideologías progresistas, realizan análisis maniqueos y simplistas. La vida, y la prensa, son algo más complejo que las dicotomías expuestas en un panfleto.

Quizá la principal virtud de Noticia de una violación en primera página sea la de servir de contrapunto a la película norteamericana Todos los hombres del presidente. Si esta última supuso, entre otras cosas, la proliferación de vocaciones periodísticas, la película de Belocchio puede suponer la deserción de una parte de estas vocaciones.

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