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Reportaje:La cuestión armamentista española y 6

El tanque vetado por los ingleses y el Aviocar utilizado por Somoza

Dentro de la visión de conjunto realizada sobre el tema de las armas en España (véase EL PAIS de los días 17, 18, 21, 23 y 24 del X1-78), y con el fin de concretarlo más, la información contenida en este sexto y último capítulo se orienta en la aportación de detalles de algunas de las principales empresas armamentistas. Sobre ellas informa Jesús de las Heras.

El par que español de carros de combate está formado por los M-47 y M-48 norteamericanos y el AMX-30 francés.Alvaro de Ynclán, directivo de Chrysler, dice: «La Chrysler es el primer fabricante de carros de combate de Occidente; pero aquí sólo modernizamos los viejos tanques norteamericanos del Ejército español. Los modernizamos y nos ocupamos de su mantenimiento. Salen prácticamente convertidos en modelos nuevos como el moderno M-60. Además, se les instala motor de gasoil, con lo que su capacidad de recorrido es mayor y su gasto menor. »

En esta división especial trabajan 450 hombres, de los 14.500 que forman el total de la plantilla. La sección está bajo el control militar y existe una inspección constante. La modernización se hace previo acuerdo en la oferta hecha por Defensa y tras los pertinentes permisos legales. «No podemos decir cuántos carros hemos modernizado, ni cuál es la producción anual, ni el dinero que suponen los contratos.» La amabilidad de Alvaro de Ynclán es pareja a su hermetismo en algunos puntos, de forma semejante a como se han comportado todas las fuentes indagadas.

Tan sólo añade: «Hemos suministrado camiones- tractores para llevar carros de combate, y también camiones para remolque de artillería. Fabricamos miles de cajas de cambio para jeep americano, que se exportan por contrata con el Ejército norteamericano.

Aparte de los carros norteamericanos, adquiridos por España, al parecer, no en régimen de absoluta propiedad, puesto que no se pueden vender sin permiso de Estados Unidos; aparte de estos viejos tanques veteranos de duros combates en campañas de Turquía y Vietnam, como revelan los colores y emblemas que aparecen en sus chapas al rascar la pintura que los cubre; aparte de estos blindados de factura norteamericana, España produce ya, desde hace siete años, sus propios carros de combate.

No hubo elección al adquirir el nuevo carro

Se trata del AMX-30, de patente francesa. Parece que Venezuela tiene unas 140 unidades del modelo francés y que también cuentan con él algunos países africanos de habla francesa. Se le han hecho algunas críticas negativas. Y, además, si ya teníamos el norteamericano, por qué diversificar este parque.

Según nos informa José Antonio Andrés, director general de Santa Bárbara, cuando se vio la necesidad de renovarlos carros de combate, Estados Unidos no había desarrollado otro modelo para la exportación. Se tuvo que elegir entre el francés y el leopard alemán. Este se consideraba técnicamente mejor, pero uno de sus componentes, el cañón, es de fabricación inglesa. Ya no hubo elección. Inglaterra puso veto a la venta. Eran tiempos de tirantez por el problema de la reivindicación de Gibraltar. Al Gobierno no le quedó otra alternativa que el modelo francés. «Sin embargo, las diferencias no son tan importantes; el principal inconveniente de los tanques, y todos lo tienen, es que no pueden hacer tiro en movimiento; sólo los últimos modelos del norteamericano y el alemán se hallan en fase de conseguirlo.»

«El precio de este carro está alrededor del millón de dólares en el mercado internacional. A nosotros nos sale ya por un poco menos, y podemos competir. No obstante, no exportamos porque se necesitan para cubrir las necesidades propias. El año pasado se fabricaron 66. Puede haber tendencia a bajar la producción. Sería una pena, porque este proyecto del AMX-30, que ahora empieza a ser rentable, ha sido algo de lo que podemos sentirnos orgullosos. En él han colaborado 64 empresas españolas. Con él se ha dado un empujón formidable a la tecnología», precisa José Antonio Andrés.

Santa Bárbara ya tiene beneficios

Hace dieciocho años se reunieron las empresas anteriormente dependientes del Ejército y se constituye Santa Bárbara, con carácter civil, dentro del holding de las empresas del INI, con el fin de darles mayor agilidad a todas aquéllas.

Fundamentalmente suministra a las Fuerzas Armadas. En el momento presente ya no pierde dinero. En el ejercicio 76/77 se obtuvieron beneficios por importe de cincuenta millones de pesetas.

Cuenta con dos fábricas de armamento ligero en Oviedo y La Coruña; dos de cartucherías y espoletas en Palencia y Toledo; una de armamento pesado (artillería y carros), en Sevilla; y otra de pólvora y explosivos, en Granada. Da trabajo a 4.200 hombres. Factura unos 7.000 millones de pesetas anuales. La exportación, que se realiza desde hace sólo tres años, es mínima: 1.500 millones de pesetas en 1977, y este año la cifra será menor. «Se han cerrado mercados por razones políticas, especialmente el Magreb. Nuestro mercado es coyuntural. No está estructurado. Sólo cuando las condiciones internacionales cambian, podemos entrar a servir pequeños pedidos. Esto se repite con cierta frecuencia y es nuestra esperanza de poder llegar a introducirnos. Pero una empresa de armamento no vive si no es con grandes producciones.»

Los productos exportados por Santa Bárbara han ido, en un 80%, a los países del Magreb. El resto, dentro de esas exportaciones coyunturales, a países del «área árabe no conflictiva y países hispanoamericanos donde España tiene opción, aunque no es fácil meternos».

Santa Bárbara está constituida como sociedad anónima, sin subvención oficial. Su reglamentación laboral es la normal y «nunca ha tenido conflictos colectivos». «Nuestro empeño -añade el director general- es garantizar el pleno empleo de nuestro personal e incrementarlo. Tenemos excedente de productos por haber querido seguir esta política a toda ultranza. Los directivos son ingenieros de armamento, que dejan de pertenecer al Ejército al pasar a la empresa. Entendemos que hay que desarrollar tecnología propia. Para eso hay que comprar patentes y realizar nuevos programas de producción, pero esta importación de patentes debe limitarse a un plazo en el tiempo.»

Además del carro francés, esta empresa cuenta con otra patente, la de la ametralladora MG-3 alemana.

Mediana, pero interesante, producción electrónica

«Tiempo, dinero y programa.» Esto es lo que se necesita, según el director comercial de Experiencias Industriales, SA, José Manuel Marina, empresa también integrada en el INI, que suscribe el cien por cien de las acciones.

Sólo, llevan cuatro o cinco años de investigación. « Pero estamos muy contentos con el equipo de control de heliostatos de la estación solar de Almería.» Los obreros llaman Mazinger-Z a este equipo tecnológico encargado, dicho de forma más comprensible, del sistema de espejos que debe recoger la energía solar en la estación investigadora andaluza.

Esta empresa, que data de 1921, tuvo sus peores años a raíz de los cincuenta, por la influencia norteamericana, que paralizó gran parte de nuestra producción y, consecuentemente, nuestra tecnología. Luego vino el hacerse cargo el INI. «En 1931 se fabricó la primera dirección de tiro. Hubo otro programa poco antes de la guerra y otro después con Marconi. Luego vino el bache. Y después de los sesenta se empezó de nuevo.»

En la actualidad, y a tenor de 1977, tiene una producción de novecientos millones de pesetas al año. De ellos, 168 es en material de tierra, 616 en material de marina y 117 en material civil: mesas quirúrgicas, sistemas de auxilio en carretera, componentes de centrales telefónicas, etcétera. La factoría está en Aranjuez.

La producción principal es de electrónica. En concreto, cuenta con un gran taller hidráulico-mecánico, y produce radares, sonares, partes de dirección de tiro, sistemas de armas, componentes electrónicos de artillería, parte eléctrica e hidráulica de lbs carros AMX-30, y se está desarrollando la producción de sistemas de seguridad, tanto de factura española como otras extranjeras; también se investiga en algo que suele ser del más estricto secreto para todos los países: contrasistemas electrónicos. También produce equipos de emisión y de enlace para televisión, algunos de los cuales se han exportado.

De los seiscientos hombres que trabajan aquí, unos cincuenta son técnicos titulados, que tienden a incrementarse con vistas a la investigación.

La producción es de carácter mediano y se trabaja por pedido. Sólo se exporta en plan de compensación, es decir, a países que, a su vez, facilitan encargos de trabajo que supongan un desarrollo de la tecnología propia. Aquí se produce con patente española un puesto óptico (vigilancia en los barcos y dirección de tiro accidental), «pero no se pueden revelar sus características, ni los barcos que lo usan», señala José Manuel Marina. «En los países con los que intercambiamos comercio de estos materiales en concreto se habla inglés, francés, holandés, sueco e italiano; es todo cuanto se puede decir», añade.

Los aviones caen dentro de la producción armamentista española de más prestigio.

Construcciones Aeronáuticas, SA (CASA), fue creada en 1923. Desde entonces ha fabricado más de 2.000 aviones de diecisiete tipos distintos. En 1946 creó su oficina de proyectos para desarrollo de aviones propios. En la actualidad, está presidida por Carlos Marín, ingeniero aeronáutico, y su accionariado es el siguiente: INI, 65,62 %; Northrop (norteamericana), 20,80; MBB (alemana), 2,25; AMD (francesa) y otros, 1,47; y privados españoles, 9,86.

Tiene cinco factorías en Getafe, Ajalvir, Madrid, Sevilla y Cádiz. Dedica trescientas personas, la mayor parte técnicos titulados, a la investigación y desarrolla la tecnología más avanzada de nuestra industria. Dentro de su campo de trabajo aeroespacial hay que destacarlos aviones de diseño propio: el Aviocar C-212, de fácil maniobra (vendido para usos cívicos a Nicaragua y utilizado por Somoza para fines bélicos internos), y el C-101, reactor de entrenamiento básico avanzado y de ataque al suelo (es decir, para preparar el paso a cazas más sofisticados; de tecnología punta, y apto para el ataque).

En 1977, la cifra de ingresos experimentó un aumento del 37% sobre el año anterior. El 66% correspondió a exportaciones, que superaron en un 47% las realizadas en 1976.

El primer prototipo del Aviocar voló el 26 de marzo de 1971. La fabricación de preserie se inició al año siguiente, el 22 de junio. Admite varias modalidades: transporte, vigilancia, fotografía, escuela de navegación, etcétera. El precio de la unidad, según el diario de la feria de Farnborough, es de 1,3 millones de dólares, y, en el último modelo, el C-200, de 1,6 millones de dólares. Se fabrican cuatro al mes.

A las Fuerzas Armadas españolas se han vendido 71, de los cuales les han sido entregados 61; a Portugal, 24; Jordania, 4; Turquía, 2; Estados Unidos, 1; Tailandia, 2; países suramericanos, 15, al parecer, 5 a Nicaragua y 10 a Chile; y 28 a Indonesia, de los que se le han entregado 25. Este país intenta también fabricarlos. Cinco de estos aparatos son usados por compañías civiles para transporte regular de viajeros en Alaska, Indonesia y Turquía.

El C-101 se contrató con el Ministerio del Aire en septiembre de 1975. El 27 de junio de 1977 volaba el primer prototipo y fue presentado internacional mente en septiembre pasado en Farnborough. Las sesenta primeras unidades han sido destinadas a nuestras fuerzas aéreas. El contrato de compra asciende a 195 millones de dólares, incluyendo el proyecto y el utillaje para la serie, repuesto, documentación y asistencia técnica.

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