El Gobierno consultará a las Cortes antes de comenzar la negociación con la CEE

El Gobierno español consultará a las Cortes, mediante la presentación de un esquema de la posición, negociadora de España, antes de comenzar las negociaciones para la adhesión española a la CEE, según manifestó ayer el ministro para las Relaciones con las Comunidades Europeas, Leopoldo Calvo Sotelo, en una reunión informativa que celebró con la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado.El ministro anunció que las negociaciones formales comenzarán a principios del año próximo, después del estudio por parte de las autoridades comunitarias de las bases de adhesión, que culminará con la reunión del Consejo de Ministros de la CEE el 19 de diciembre. Según el señor Calvo Sotelo, no hay prisas en la actitud española, pero tampoco se quiere incurrir en retrasos injustificados.

Manifestó el señor Calvo Sotelo que al Ministerio para las Relaciones con la CEE corresponde la plena responsabilidad directa y la coordinación de los problemas sectoriales transitorios del proceso de adhesión, que ahora se encuentra al término de las primeras fases previstas en los tratados.

Problemas muy agudos

Señaló después que los problemas sectoriales han sido especialmente agudos, a lo largo de 1978, en los campos textil y siderúrgico, donde se han alcanzado acuerdos transitorios. La crisis económica occidental ha dado ocasión a que la CEE se movilice en defensa de sus actividades más afectadas, con una reacción que se dice no proteccionista, pero que no siempre ha evitado medidas que obstaculizan el comercio exterior.

Sin embargo, manifestó el ministro, España ha conseguido que se tenga en cuenta su situación, y así ha podido reducir la reacción de defensa comunitaria, en cuanto a esos sectores críticos se refiere, a unas técnicas de cooperación administrativa que no han comprometido la exportación. Dijo también que, en cuanto a la pesca, el nuevo régimen de licencias y el acuerdo-marco que se aplican significan un punto de partida suficiente, aunque no brillante, y han encauzado por vías de seguridad jurídica y autodisciplina un problema que también alcanza a los países miembros.

Posición negociadora sólida

En suma, afirmó, los negociadores españoles se encontraban hace ocho meses con una comunidad que no preveía el dictamen antes de la primavera de 1979, con una presión fortísima para que España rebajara su arancel industrial en el marco del acuerdo de 1970, y con una serie de problemas sectoriales y comerciales, que eran otros tantos obstáculos en el camino de la adhesión. Sin ceder en ninguno de ellos, se ha adelantado el dictamen en seis meses, y se ha llegado al umbral de las negociaciones en una posición sólida.