Oreja quiere la iniciativa en las relaciones, de España con las Comunidades Europeas
El ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, ha decidido relanzar la política europea de su departamento y recuperar el control último de las relaciones de España con las Comunidades Europeas mediante la activación del llamado Consejo Coordinador de Relaciones con la CEE, que preside el propio ministro, y que se reunirá el próximo día 7 de noviembre con la presencia del ministro de Relaciones con la CEE, Leopoldo Calvo Sotelo, y representantes de la mayoría de los demás departamentos ministeriales.
La reunión del Consejo Coordinador de la CEE estará precedida de otras sesiones de trabajo, también convocadas por el señor Oreja, que reunirán en Madrid, los días 6 y 7 de noviembre, a los embajadores de España ante los nueve países de la CEE y al jefe de la misión española acreditada ante las Comunidades, Raimundo Bassols. El objetivo de ambas reuniones, que contaron con la reticencia persistente del ministro de Relaciones con la CEE, Leopoldo, Calvo Sotelo, no es otro que el relanzamiento de la política exterior europea del palacio de Santa Cruz -saliendo así al paso de las insinuaciones sobre supuestas tendencias «tercermundistas» de este departamento- y la recuperación de un control político de los temas hispano-comunitarios, llevados con celo desde el palacio de la Trinidad, a través del organismo oficial instituido para ello, el Consejo Coordinador de Relaciones con la CEE.En los últimos meses el ministro Oreja había intentado conseguir la convocatoria de dicho Consejo sin resultados. Por dos veces y por escrito el titular de Asuntos Exteriores invitó al responsable de las Relaciones con la CEE, señor Calvo Sotelo, a participar en dicha reunión, en la que el mister Europa ocupa la vicepresidencia, y en la que la totalidad de los ministerios civiles están representados a nivel de subsecretario o de directores generales. Leopoldo Calvo Sotelo no contestó a las convocatorias escritas, y en conversación directa con el señor Oreja consiguió retrasar la reunión de dicho Consejo.
Ahora, finalmente, el ministro de Asuntos Exteriores ha decidido tomar la iniciativa de manera irrevocable y para ello decidió convocar a Madrid a los embajadores de España ante los nueve y ante la propia CEE (fueron invitados también los de Grecia y Portugal, por ser países candidatos, pero el señor Calvo Sotelo opinó que no era conveniente su presencia), a pesar de que el primer responsable de la Trinidad ponía reparos y se escudaba en su gira de capitales europea, pendiente de una última etapa en Dublín.
Sobre la reunión de los embajadores de España (ante Francia, Italia, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, República Federal de Alemania- Dinamarca, Gran Bretaña, Irlanda y CEE) se sabe que sus objetivos esenciales serán la recopilación de información y debate sobre los siguientes temas: líneas generales de actuación de España ante el proceso de negociación y adhesión a la CEE; temas paralelos hispano-comunitarios como pesca, textiles y siderurgia, España y la cooperación política de los nueve, y posiciones de los distintos Gobiernos de los países de la CEE sobre la candidatura española, así como de los partidos políticos, organizaciones patronales y sindicales y medios de comunicación social.
Consejo Coordinador de la CEE
La reunión del Consejo Coordinador, prevista para el día 7 y que será la primera reunión formal de dicho Consejo que sólo, fue convocado en acto constituyente el pasado día 21 de abril, abundará en lo temas hispano-comunitarios mencionados y tendrá como plato fuer te una esperada exposición del ministro de Relaciones con la CEE Leopoldo Calvo Sotelo, sobre la marcha de la preparación de las negociaciones de adhesión, análisis del proyecto de dictamen que sobre la candidatura de España última en estos momentos la Comisión Europea y resultados concretos de la gira de capitales europeas realizada por el señor Calvo Sotelo.
De estas dos reuniones se espera -como lo desea la propia presidencia del Gobierno- que surja un nuevo clima de confianza y de concertación entre el Ministerio de Asuntos Exteriores y los servicios del ministro de Relaciones con la CEE en busca de una mayor cohesión en la acción exterior del Estado. Asimismo, y ante el procedimiento de negociación e ingreso en las Comunidades Europeas, se cree que ambas convocatorias servirán para. definir una línea política de actuación de España con relación al calendario de negociación y a las cuestiones políticas de fondo en las qué existen algunos puntos de vista diferentes por parte española.
A este respecto hay que señalar que dos son los temas hispano-comunitarios que despiertan más interés: la actitud hispana ante la situación actual del acuerdo comercial preferencial España-CEE de 1970 (que la CEE quiere renegociar en su favor) y la posición de España, una vez que se conozca el dictamen de la Comisión Europea, mientras espera la decisión final del Consejo de Ministros comunitario sobre dicho dictamen y el mandato negociador que el máximo ejecutivo de la CEE deberá entregar a la Comisión para que inicie, con directivas precisas, las negociaciones»de ingreso de España.
Sobre el primero de los temas, parece ser cierto que España no moverá, por el momento, el acuerdo de 1970, como lo quiere el ministro Calvo Sotelo y a pesar de la opinión contraria del embajador de España ante la CEE, Raimundo Bassols, más partidario de la renegociación para conseguir, como contrapartida, una posición más flexible de la Comisión de Bruselas de cara a la adhesión.
El segundo tema, el de la preparación de las negociaciones, se centra en la actitud que adoptará España a la visita del dictamen de la Comisión y de la reacción primera del Consejo de Ministros de la CEE sobre este «papel». Algunos sectores españoles, como el palacio de la Trinidad, son partidarios de ir avanzando (ad referéndum) en las negociaciones con la Comisión Europea en temas de fácil concertación política, para ganar tiempo y terreno, y a la espera del mandato formal de negociación del Consejo de Ministros comunitario. Otros sectores, más conservadores, califican de peligrosa toda concertación previa al mandato comunitario porque en ella la Comisión conseguiría ventajas adquiridas (sobre todo en el terreno industrial que es el más fácil de negociar para la CEE y el más deseado), dejando de lado temas claves para España como son las proyectadas reformas institucional y agrícola y. la cuestión de la libre circulación de trabajadores españoles en Europa, que se vislumbra como tema grave y dificil.
Esta decisión de ir avanzando o de globalizar todo el paquete de las relaciones hispano-comunitarias será sin duda tema importante.
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