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Crítica:BALLET
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Presentación de Félix Blaska en el teatro de la Zarzuela

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En el mismo dintel de la temporada, cuando apenas ha sonado el primer concierto sinfónico, la Dirección General de Música inicia su temporada de ballet. La jerarquía de Félix Blaska es conocida aquí como en todas partes. Se trata de uno de los pocos imaginadores contemporáneos capaces de originalidad en el mundo de la danza. Blaska se sirve de cuantos recursos -tiene a su disposición -baile, teatro, mimo- para desarrollar un estilo cambiante y rico de matices.Si la danza del poema de Louis Aragón constituyó un ejemplo de las posibilidades danzables de la palabra poética -con ritmo y cadencia- a través de un pensamiento expresivista, las «piezas» de Alban Berg dieron lugar a una suerte de teatro de acción que, al enfrentarse con una tan absoluta abstracción como los pentagramas bergianos, se resuelven en algo mágico e imprecisamente alusivo. Blaska pone en pie de escena, con elementos tan desnudos como los de la misma partitura, una corporeización, de lo sonoro, funde su acción con la música y nos devuelve algo nuevo, inéditas evidencias capaces de subsumir la creación del discípulo de Schoenberg.

Coreografía arriesgada

Simple, también como el original musical de Berio, los rounds bailados por el mismo Blaska en una coreografía arriesgada de puro sumaria. Al tratar el mundo del circo, tan explotado por muy diversas vías, rehuye el coreógrafo cualquier tópico al uso. Su «circo» es fantasmagórico, geométrico y poético. Yo diría que picassiano, en suma.Algo absolutamente esplendoroso. Así podemos calificar el gran «ballet» titulado Tu est cela sobre músicas y cantos sagrados de muy diversa procedencia. Nos hallamos ante una suerte de liturgia, frente a un rico ceremonial, en la que todo nos parece nuevo, desde el detalle de los pasos hasta las concepciones de conjunto; desde el gesto hasta la actitud, desde el ritmo vivaz hasta la quietud. Sorprendente realización, capaz por sí sola de prestigiar a un artista, este «ballet» que trajo a mi recuerdo el universo de ciertas músicas ceremoniales de Luis de Pablo.

Perfecta realización

En todos y cada uno de los casos, la realización fue acabada y perfecta. Con la intervención personal de Blaska pudimos admirar la de su breve conjunto: Diana Tidswell, Sheri Alley, Cecil Louvel, Lynne Vinimer, Dario Rodolpho Gianni y Julien Le Hoangan. Todos hacen no sólo «ballet», sino arte total, ese concepto tan traído y llevado y tan escasamente conseguido. Desde una actitud de gran rigor y un pensamiento despojado de lo inútil; Félix Blaska logra la suma y extrae de sus colaboradores las máximas posibilidades.

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