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Tres años de cárcel para la espía Kahlig-Scheffler

Dagmar Kahlig-Scheffler, una bella espía de la República Democrática Alemana, destacada en la cancillería de la Federal, ha sido condenada a tres años de cárcel por un tribunal de Düsseldorf. Por segunda vez, un funcionario cercano a un jefe del Gobierno de Bonn ha quedado catalogado como espía para una potencia oriental.

A diferencia de otra notoria agente de la RDA, la señora Lutze, cuya detención fue el detonante que terminó por remodelar el Ministerio de Defensa alemán, esta vez no parece que Dagmar Kahlig haya entregado a Berlín grandes secretos de Estado, aunque, a partir de las dos primeras semanas como empleada de la cancillería, tenía ya acceso a documentación secreta sobre el tema «relaciones bilaterales con Europa occidental».

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