Estreno de "Solos en esta tierra", de Manuel Alonso Alcalde

En el Centro Cultural de la Villa de Madrid comenzaron anoche las representaciones de Solos en esta tierra, de Manuel Alonso Alcalde, por la compañía de arte dramático Máscaras, bajo la dirección de Esteban Polls. La obra fue galardonada con el Premio Lope de Vega, en 1972, organizado por el Ayuntamiento de Madrid. Estrenada en Sevilla y Zaragoza, permanecerá en Madrid hasta el próximo día 15 para seguir sus representaciones en otras ciudades. Son sus intérpretes: José María Guillén, Miguel Palenzuela, Estanis González y Amparo Larrañaga.

Seis años ha tardado en subir al escenario el Lope de Vega 1972, cuando las bases del premio obligan a su estreno en la temporada siguiente por una compañía oficial en el teatro nacional Español, de Madrid. El incendio de este local y la desidia cultural del Ayuntamiento y la Dirección General de Teatro han convertido enfantasma a uno de los premios más significativos del teatro español. Todavía están pendientes de estreno, y no figuran en la programación del Centro Cultural, las obras premiadas de José Martín Recuerda, Domingo Miras, Alfonso Vallejo y Fernando Fernán Gómez.Manuel Alonso Alcalde tiene ocho obras publicadas y varias piezas infantiles, de las que se han estrenado El agua en las manos, Golpes de Estado, Los héroes sí mueren y Romance a dos músicas. Ha recibido varios premios por sus obras dramáticas y narraciones. Coronel del Ejército, de 59 años, su obra Solos en esta tierra ha sido «rescatada» del olvido y la burocracia de la Dirección General de Teatro. El hecho de ser militares los personajes de su obra aumentó las dificultades «administrativas», circulando el rumor interesado de que el autor había renunciado al premio, cuando, en realidad, había solicitado su estreno, según las bases, y con el visto bueno de la «censura militar».

«Ya estaba desesperado y aburrido -declaró a EL PAÍS Manuel Alonso Alcalde- al pasar los años sin estrenarse la obra, como les ocurre a los demás colegas del premio que siguen inéditos. La obra lleva escrita dieciséis años y ya en el 66 quedó finalista del Lope de Vega, cuando el primer premio quedó desierto. Una segunda versión recibió el premio 72, y para mayor sonrojo del Ayuntamiento se estrena ahora por una compañía privada. Durante estos años han hecho creer que había renunciado al estreno. Mis superiores militares supervisaron la obra y les gustó mucho.» En Solos en esta tierra, dos soldados, que se pueden identificar con las grandes potencias mundiales, son los únicos supervivientes de una guerra; la llegada de otro militar desencadena un nuevo enfrentamiento. «Aunque la obra fue escrita hace bastantes años, el tema es cada vez más actual, ya que el final que se presenta parece, por desgracia, cada vez más cercano, al margen de que uno haga votos para que no ocurra. La obra refleja que, por encima de armazones ideológicos prefabricados, que sólo benefician a los más potentes, están la inmensa y anónima mayoría que tiene problemas humanos conmovedoramente comunes. »

«He intentado pulsar -añade- los valores que me son más entrañables, como la poesía, la ternura, la compasión y el humor. En mi teatro estoy más cerca de Mihura que de Brecht. La búsqueda de la catarsis puede llegar a través de la sonrisa y el amor como en la tragedia más despiadada. Entiendo que las abstracciones no le van al público español, que tiene el realismo como tradición. En cuanto al tema, la gente cree que el militar ama la guerra, cuando en realidad es el que menos la ama, porque sabe sus consecuencias. No propongo imponer mis criterios, prefiero contar una historia y que el espectador saque sus propias conclusiones. Lo importante hoy es el problema del acercamiento entre los hombres. Soy pesimista de la humanidad, en abstracto, pero no del hombre concreto.»

Uno de los intérpretes, José María Guillén, considera que la obra es un buen ejercicio para los actores, ya que toca todas las cuerdas dramáticas, desde la farsa disparatada hasta el drama naturalista. En la función de anoche debutó como actriz Amparo Larrañaga.