La comisión permanente del episcopado prepara el "voto católico" al referéndum constitucional
La comisión permanente, del episcopado, cuyas reuniones concluyen hoy, ha estudiado entre otros temas las orientaciones pastorales que habrán de emanar de las jerarquías de la Iglesia respecto a la postura de los católicos en el próximo referéndum constitucional y los nuevos planteamientos de la Iglesia ante el tema de la enseñanza.
Aunque las fuentes episcopales no han confirmado que vaya a haber un documento orientativo sobre la conveniencia de votar sí o no a la Constitución, en la que se recogen temas tan directamente relacionados con la religión católica como la aconfesionalidad del Estado, la enseñanza laica y la posibilidad del divorcio, estas reflexiones de la plana mayor del episcopado -los presidentes de las comisiones- servirán de base para las recomendaciones que los obispos harán a los católicos a la hora de votar. En definitiva, los obispos, como ha calificado monseñor Montero, están construyendo el corpus de orientaciones sobre la «moral del voto».A juzgar por las últimas declaraciones de obispos relevantes de la Conferencia Episcopal y los datos que se han podido detectar entre los obispos asistentes a la permanente, la Iglesia-jerarquía dejará en libertad a los cristianos para pronunciarse positiva o negativamente en el referéndum constitucional, reconocerá lo positivo para la convivencia de la ley constitucional y mantendrá una postura crítica y en algún sentido negativa sobre puntos tan polémicos como la no confesionalidad, la libertad de enseñanza, la organización económica y el divorcio. Antes de que los obispos se pronuncien de una manera clara y formal sobre el tema constitucional, el grupo Cristianos por el Socialismo (CPS) ya ha valorado positivamente la Constitución, «por cuanto supone la ruptura con la dictadura anterior y reconoce la soberanía popular y las libertades democráticas», en un documento recientemente hecho público.
Los Cristianos por el Socialismo lamentan, sin embargo, que se haga una mención especial en el artículo 15,3 a la colaboración del Estado con la Iglesia católica. «La libertad que las iglesias necesitan para cumplir su misión -argumentan- es la que debe existir para todos los ciudadanos y grupos sociales. Toda mención especial conlleva necesariamente el peligro de convertirse en privilegio.»
En su documento de apoyo a la Constitución, los Cristianos por el Socialismo abogan por una escuela pública, «es decir, una escuela laica y no confesional, autogestionada y no palernalista, y se oponen al sistema de financiación de la Iglesia, copiado del sistema alemán, que conduce a la hipertrofia, burocratización y en definitiva a una Iglesia de poder».
Sobre el tema concreto de financiación de lo religioso ha trascendido que el próximo viernes se reunirá la comisión mixta Estado-Santa Sede para discutir las opciones que se presentan. Las jerarquías no dan información sobre este tema y de entre las pocas cosas que se han filtrado ha podido saberse que se insiste en el sistema alemán (impuesto religioso), aunque también se ha hablado de un sistema mixto en el que quepa el mantenimiento de una subvención del Estado, además de lo que le corresponda a la Iglesia de la recaudación.
Los Cristianos por el Socialismo se oponen a estas negociaciones porque consideran «un anacronismo que algo tan serio se ventile en una negociación secreta entre el Estado español y una potencia extranjera, como lo es el Estado vaticano, marginando a las comunidades creyentes de España, que son las realmente afectadas».
En relación con el tema de la enseñanza la permanente del episcopado estudió un informe presentado por el presidente de la comisión de enseñanza y arzobispo de Zaragoza, monseñor Yanes. Según explicó el propio arzobispo de Zaragoza, éste defendió en su informe «la necesidad de replantear la acción pastoral de la Iglesia en el campo educativo y catequético desde una nueva perspectiva derivada de la nueva situación de la sociedad española».
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