Luchar contra la inflación
Es difícil evaluar las consecuencias económicas generales de las variaciones de los tipos de cambio en la década de 1970, pues para ello sería preciso poder compararlas con las que habría tenido otro sistema, afirman los expertos del GATT. Las tasas de inflación de los grandes países de la OCDE variaron entre el siete y el 25 %, en 1974, y entre el uno y el 17%, en 1977.¿Acaso un sistema de tipos de cambios fijos -se preguntan los expertos en el informe- podría haber funcionado mejor frente a diferencias de tal magnitud entre las tasas de inflación? La lección que se deriva de la experiencia del presente decenio -responden los expertos- parece ser que ningún sistema monetario internacional ya se base en tipos de cambios fijos, en la flotación pura o en una flexibilidad controlada, puede funcionar a satisfacción cuando los principales países comerciantes atraviesan un proceso de rápida inflación a tasas tan dispares. En estas condiciones no existe un nivel ni tendencia mundial de los precios que sea estable y pueda servir de punto de referencia para la elaboración de la política nacional y para la formulación de previsiones en el mercado, con lo cual aumenta enormemente la dificultad de asegurar la estabilidad de la relación internacional (real) entre los costos y entre los precios.
La conclusión ineludible -según el GATT- es que los países industrializados sólo podrán progresar hacia un mayor crecimiento y empleo, así como hacia una situación sostenible de las balanzas de pago y unos tipos de cambio más estables si reducen sus tasas de inflación a los niveles registrados hasta mediados del decenio de 1960. Al respecto se atribuye especial importancia a que Estados Unidos tome la iniciativa en ese sentido, pues se considera que una vez que el poder adquisitivo del dólar empieza a estabilizarse, se facilitará en igual medida la estabilización de todo el sistema.
Finalmente, el informe del GATT se refiere a los «principales acontecimientos registrados en el primer semestre de 1978», y señala: «Estados Unidos ha sido la única economía importante cuya expansión en 1976 y 1977 ha rebasado la tasa de su tendencia a largo plazo y, cosa característica, ha sido también la sola economía importante (junto con la República Federal de Alemania) donde la inversión bruta en capital fijo ha aumentado a un ritmo notablemente más rápido que el consumo privado. Sin embargo, el nivel de la inversión (en términos reales) fue en 1977 todavía inferior al de 1973, mientras que el nivel del consumo real rebasó en un 12% al de 1973. La reaparición de la inflación en Estados Unidos en el primer semestre de 1978, después de tres años de recuperación y rápido crecimiento, sugiere que el prolongado auge tal vez haya entrado en su fase final. Los planes de inversión dados a conocer en los primeros meses del año eran claramente expansionistas; no obstante, es posible que se reduzcan progresivamente a medida que la inquietud ante la inflación comience a aumentar. Aunque el déficit comercial de Estados Unidos descendió en mayo y junio, durante el primer semestre de 1978 rebasó sustancialmente el nivel alcanzado en el período correspondiente de 1977 (16.400 millones de dólares contra 11.500 millones de dólares). Ese incremento de las importaciones respecto de las exportaciones se debió totalmente a las compras de productos distintos del petróleo, pues las importaciones de este último disminuyeron sustancialmente en el primer semestre de 1978.
«La situación, en resumen, es incierta. Aunque varios países han logrado nuevos progresos en la lucha contra la inflación durante el primer semestre del año, las perspectivas son inquietantes en dos aspectos. En Estados Unidos, único país que ya ha registrado una expansión importante, las presiones inflacionistas están aumentando de nuevo. En Europa occidental se debilitan las perspectivas de nuevas reducciones de las tasas de inflación y existen riesgos de que éstas se vuelvan a acelerar como consecuencia del crecimiento más rápido de la oferta monetaria que tuvo lugar en el segundo semestre de 1977. Esa posibilidad hace que sean probables nuevos cambios tanto en la política monetaria como en la presupuestaria y que, con ello, se introduzca una incertidumbre adicional en la planificación de la inversión.»
«La segunda característica principal de la situación es la continua debilidad de la inversión. Al paso que se aceleraba el crecimiento de la mano de obra, la tasa de aumento de la inversión fija bruta ha sido en todas partes, con excepción de Estados Unidos y la República Federal de Alemania, muy inferior a la tendencia a largo plazo e inferior también a la del consumo. Como consecuencia de ello, el nivel de la inversión real en instalaciones y equipo permanece por debajo del nivel de 1973 en la mayoría de los países industriales, con inclusión de Estados Unidos. Una expansión que durante un período tan largo ha venido dependiendo principalmente de la demanda de consumo no puede considerarse sólidamente asentada."
"A juzgar por las estadísticas comerciales de los grandes países industriales, el volumen del comercio mundial ha aumentado algo más rápidamente en el primer semestre de 1978, a una tasa anual próxima al 6%, que en 1977, año en que su crecimiento fue del 4%. A menos que se produzca una inversión de esta tendencia en el segundo semestre, el aumento en 1978 será algo mayor que el año pasado.»
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