Somoza: "Si me voy, será el caos y la anarquía"

Pocas horas después de que se descubriese una conspiración militar para derrocarle, el presidente de Nicaragua, Anastasio Somoza, reiteró el martes por la noche que no dimitiría de su puesto hasta que concluya su mandato, en 1981, ya que eso provocaría «el caos y la anarquía».

En una conferencia de prensa, Somoza minimizó la importancia de la conspiración, la primera que se produce desde hace treinta años dentro de la Guardia Nacional, integrada por 7.500 hombres. El presidente calificó de «fracaso» la huelga general declarada en el país desde el viernes para forzar su dimisión.

«Dimitir sería traicionar las aspiraciones del pueblo de Nicaragua de vivir en una sociedad libre», declaró Somoza. «Dimitir sería traicionar a los hombres uniformados que han defendido esta sociedad con sus vidas. Dimitir sería abrir este país al caos y la anarquía.»

Advirtió que las guerrillas sandinistas, que la semana pasada retuvieron en el Palacio Nacional a 1.500 rehenes y consiguieron la libertad de 59 presos políticos, «no detendrán su campaña de terror si yo me marcho». «Si dimito, me voy con mi gente y con mis armas y entonces comenzará algo que no sabemos como podrá terminar», dijo. Y añadió: «Mi dimisión aseguraría a los marxistas la toma de poder.»

El presidente nicaragüense explicó que la conspiración militar, en la que estaban implicados unos diez oficiales, unos veinticinco soldados y «dos o tres civiles», comenzó como consecuencia de los temores provocados en la Guardia Nacional por una eventual dimisión suya. «Algunos pensaron que era mejor preparar a la Guardia Nacional para tomar el poder.»

Refiriéndose a los sucesos de Matagalpa, donde la aviación bombardeó a centenares de personas sublevadas en aquella ciudad, Somoza afirmó que se trataba de grupos que «aterrorizaban a la población entrando en las casas y sacando y quemando sus enseres».

Medidas contra los empresarios

En respuesta a la huelga general que líderes de la oposición decretaron hasta que dimita el Gobierno, Somoza ordenó, al Banco Central de Nicaragua congelar todos los créditos a los empresarios que han cerrado sus negocios y decidió la anulación del estatuto legal de la Cámara de Comercio nicaraguense por apoyar la huelga.El jefe del Estado advirtió también que serían detenidos todos aquellos que instasen a los comerciantes a cerrar sus tiendas Patrullas de la Guardia Nacional podían ser vistas ayer en varios iniportantes centros comerciales, aunque la mayoría de ellos permanecían cerrados.

Mientras tanto, el Instituto Nicaragüense de Desarrollo, una organización «paraguas» que agrupa a todos los sectores económicos privados, se unió ayer a la solución de «un Gobierno nacional de transición» y se hizo eco de la petición para que dimita Somoza hecha a principios de esta semana por el arzobispo de Managua, monseñor Miguel Obando y Bravo:

Entretanto, en medios conservadores del país crece el temor de que la obstinación de Somoza en permanecer en el poder abra la vía a una solución violenta extrema. «Somoza está creando la trágica alternativa de los extremismos de izquierda y derecha», declaró Fernando Agüero, dirigente del Partido Conservador, tradicionalmente el más importante de la oposición. «Pero no es la culpa de la izquierda. Somoza ha sido quien ha generado las acciones de la extrema izquierda.»