Subnormales

Les quedaría muy agradecida si me publicaran esta carta que, por medio de su periódico, dirijo a la señora Aurora Sáez Gil.Yo también soy madre de una niña subnormal y, como tal, comprendo perfectamente, pues como usted en muchas ocasiones he sentido indignación, ira, desprecio, dolor y pena. ¡Sobre todo, mucha pena!- Este último sentimiento me lo inspiran con toda intensidad estos seres tan falsos y llenos de vanidad y soberbia, pobres de espíritu y quién sabe cuántas frustraciones.

Da lo mismo que dirijan una orden religiosa (pobre orden) o, como en el caso del señor Ansón, a quien escribí por un motivo muy parecido al que le sucedió a usted. Dicho personaje tuvo una reacción muy similar siendo director de RTVE, y ya sabemos todos cómo estaba, y sigue estando, TVE.

En esta ocasión y en aquélla, les digo que los padres de subnormales dominamos muy bien nuestros sentimientos, son chispazos que duran muy poco tiempo, pues a lo que más acostumbrados estamos es a luchar.

Tenemos unos hijos diferentes; y como muy bien dice usted, son unos niños llenos de afectividad, son también sumamente sensibles, y lo que inspiran «a personas normales» es ternura.

Supongo que los padres y demás familiares de estos "superdirectores" deben sentirse muy orgullosos de ellos, pero yo, en mi sencillez, me sentiría muy desdichada si formaran parte de mi familia, pues, en mi opinión, no son ni directores, ni sacerdotes. ni hombres.... no son nada.