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Camp David no condicionará la ayuda de Estados Unidos a Israel

Cuando faltan todavía tres semanas para el inicio de la cumbre tripartita de Camp David, altos funcionarios del Departamento de Estado trabajan ya intensamente en la búsqueda de «sugerencias» que hagan posible un acuerdo, siquiera mínimo, entre el presidente egipcio, Anuar el Sadat, y el primer ministro israelí, Menahem Begin. De cualquier manera, Estados Unidos no condicionará su ayuda a Israel a los resultados de la conferencia.El secretario de Estado, Cyrus Vance, informó ayer al Congreso, en una sesión a puerta cerrada, sobre su reciente visita a Israel y Egipto. Después, Vance se retiró a una casa de campo en Virginia, acompañado por especialistas de su departamento, para preparar la cumbre. Entre otros, se reunieron con Vance el embajador especial para Oriente Próximo, Alfred Atherton, y el enviado del Consejo Nacional de Seguridad, William Quandt.

Vance y su equipo estudiarán en estos días las posibles posturas de Sadat y Begin en la reunión de Camp David, para buscar después las propuestas que hará Estados Unidos con vistas a un compromiso entre los dos líderes. Se asegura que Vance quiere tener terminadas una serie de «sugerencias» norteamericanas antes de que el presidente, Jimmy Carter, inicie sus vacaciones el próximo fin de semana.

Mientras Vance se declaró satisfecho por la decisión del Gobierno israelí de aplazar el establecimiento de cinco nuevas colonias de población en los territorios ocupados, daba también garantías al Congreso de que la Administración Carter no piensa condicionar la futura ayuda a Israel al resultado de la conferencia de Camp David. El Estado judío recibe aproximadamente 2.000 millones de dólares anuales en ayuda norteamericana y el Gabinete de Begin teme que tal ayuda se utilice como presión por Washington a la hora de exigir una mayor flexibilidad a Israel.

No se tiene idea exacta de cuánto puede durar la cumbre tripartita que se iniciará el próximo 5 de septiembre, y las especulaciones oscilan entre dos y diez días. La iniciativa del presidente Carter obtuvo ayer el apoyo de importantes miembros del Congreso, quienes expresaron su opinión de que la conferencia de Camp David puede tener resultados positivos. El senador Frank Church dijo, incluso, que no se trata de una acción desesperada y que existen «posibilidades reales de un acuerdo».

Este acuerdo consistiría en poco más que en una declaración de principios, que, piensan los más optimistas, haría posible un pacto provisional entre Israel y Egipto, seguido de nuevas conversaciones directas, y quizá la apertura de negociaciones entre Jordania e Israel. Los expertos norteamericanos que trabajan en las «sugerencias» que serán presentadas por Carter en la reunión de Camp David buscan un equilibrio entre las garantías de seguridad que deberán darse a Tel-Aviv y el gesto de flexibilidad que debe hacer Begin, consistente en una retirada, al menos parcial, de los territorios ocupados en la guerra de 1967.

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