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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una fábula en primera persona

Presentada oficialmente en la Quincena de los Realizadores del último Festival de Cannes, Bilbao tuvo toda la repercusión que estas secciones paralelas permiten y gozó del entusiasmo de algunos consagrados, como Luis Berlanga y, sobre todo, Marco Ferreri. Viendo la película se comprende por qué. Bilbao es el segundo largometraje de Bigas Luna; el primero fue Tatuaje, adaptación de la novela de Vázquez Montalbán y uno de los escasísimos intentos de cine negro español. Sin serlo, Bilbao es un filme: cercano al thriller, fundamentalmente por su ambiente.

Una mente infantil y alineada

Bilbao

Guión y dirección: Bigas Luna, basado en su propio relato. Fotografía: Pedro Aznar. Intérpretes: Angel Jové, Isabel Pisano y María Martín. Española, 1978. Locales de estreno: Luchana y Torre de Madrid.

Ante todo, Bilbao es un filme en primera persona. Es la descripción detallada y obsesiva de una mente pura, infantil y alienada. Cuando, ya casi al final, sus familiares se interesan por su estado, Bigas Luna nos explicita que se trata de un enfermo. Leo es un niño grande, un bicho raro, silencioso, lejano, introvertido, que vive en una extraña relación de complicidad y dependencia con la vieja amante de su tío. Leo siente una repugnancia visceral por la realidad; para él lo cotidiano es el abismo. Por eso se construye un inundo suyo, cerrado, objetual. En él todo es reducido a cosa, incluso las personas. Coleccionista obsesionado, Leo recorta, pega y almacena fotos, anuncios, palabras, sonidos, recuerdos, objetos... En este museo privado de Leo aparece Bilbao, una prostituta que entrevemos vulgar e insípida, pero que para él se convierte en el más preciado objeto de su colección. Leo detesta la voz de Bilbao, porque ésta le devuelve a una realidad simple y normal y la priva de todos los atributos de que la fantasía de Leo la ha dotado. Leo desea poseer a Bilbao a un nivel físico, corporal, inmediato. Para él, Bilbao es un juguete, un juguete que apenas poseído se le rompe en las manos, de forma estúpida y accidental. Y todo retorna a la normalidad, a la insulsa, absurda y terrorífica realidad. Muchas son las referencias y parentescos que se pueden establecer con Bilbao. Para empezar, Leo es hijo del Loia Castel de I pugni in tasca, del Michel Piccoli de Tamaño natural, del De Niro de Taxi Driver.. Más que por el personaje mismo, por la firma en que es filmado. Pero la criatura de Bigas Luna es más tosca, más imperfecta. Angel Jové le presta una presencia original, con cierta fuerza, y una voz ridícula que Bigas Luna nos esca motea con habilidad. El fallo mayor de la película reside en su utilización de la voz en off. Leo se habla a sí mismo, pero en realidad nos habla a nosotros, con un lenguaje que repite lo que vemos sin aportar una dimensión diferente, nueva. Esto, en una película donde prácticamente no hay diálogos, pesa desfavorablemente y, empobrece una historia en sí ya algo esquemática.

Una película original y curiosa

Queda una película original y, curiosa, que poco -o nada- tiene que ver con el cine español habitual, lo que ya es bastante, y, que pasará a los anales del erotismo y, el morbo hispano por una escena en la que Jové afeita aplicadamente el pubis de la Pisano con una maquinilla eléctrica.

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