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Reportaje:

La "ingeniería genética" deja de ser una utopía

El éxito en el proceso completo de concepción, embarazo y nacimiento de un ser humano concebido fuera del útero materno abre un esperanzador, a la vez que escalofriante, futuro de investigación en el campo de la ingeniería genética. El éxito es, por ahora, más ginecológico que genético. Pero a la vez se está produciendo en grandes centros de investigación mundial una fuerte investigación en el campo de la genética. Equipos de las universidades de Yale y Harvard, en Estados Unidos, y Haceteppe, en Turquía, han informado sobre el aislamiento de genes humanos. Todo ello nos acerca cada día más a esa ingeniería genética, todavía perteneciente a la ciencia-ficción, que permitirá algún día, cada vez más cercano, decidir cómo serán los seres humanos que van a nacer.

Una planta, un animal o un ser humano son un complejísimo conjunto de células. La reproducción no puede tener lugar por la simple mitosis o división celular propia de los organismos unicelulares. Los seres superiores disponen de órganos especializados en la reproducción: los órganos genitales. Un ser de sexualidad masculina produce a través de sus órganos específicos células denominadas espermatozoides. Un espermatozoide se unirá con otra célula, producida por el ser de sexualidad femenina, célula denominada óvulo. Mientras en unas especies la fecundación se produce en el seno de uno de los dos seres vivos progenitores, el femenino, en otras numerosas especies la fecundación tiene lugar fuera. El ser humano se incorpora con el nacimiento de Louise Brown a posibilidades de fecundación propias de otras especies, trascendiendo, una vez más, las leyes de su propia naturaleza.

En muchos animales la unión tiene lugar en el agua.

En seres de fecundación externa se puede contemplar cómo los espermatozoides se apelotonan en gran número en torno al óvulo femenino, depositado por la hembra en un lugar del medio marino. Uno de los espermatozoides depositados por el macho penetra en el óvulo, generalmente el que llega primero. Existen muchos mecanismos para facilitar la penetración de la célula masculina y afianzar posterior mente el proceso de la fecunda ción. La membrana del óvulo puede estar provista de poros especiales -micrópilos- Existen también zonas de atracción. Una vez producida la entrada del espermatozoide tienen lugar profundas alteraciones en el óvulo: contracción, aumento de la permeabilidad, deshidratación, aumento de viscosidad, redistribución de los componentes citoplasmáticos.

La fecundación lograda por los doctores Edwards y Steptoe se basa en un largo trabajo científico. Tal como ha sido informado, los referidos científicos han operado ya a 350 mujeres y han experimentado muchas veces con el fluido que permite mantener el óvulo vivo. Aquí radica uno de los problemas técnicos más importantes que parecen haber sido resueltos. Se trata de algo similar -salvando las distancias- al grave problema de los rechazos que se plantea en los trasplantes de órganos. El organismo de cada ser vivo tiene unas peculiaridades que se traducen constantemente al lenguaje químico. En este caso si bien el desarrollo del embrión humano tiene lugar en el seno del mismo ser vivo -la madre- que ha producido el óvulo, es preciso que la fecundación se haya llevado a cabo en un medio prácticamente idéntico al que habría en el seno materno durante una fecundación ordinaria tal como tiene lugar en nuestra especie. Los más mínimos cambios químicos, de presión. temperatura u otras circunstancias podrían echar abajo la experiencia. Igual que podría destruir el proceso la implantación del huevo o cigoto en un útero no preparado para ello. donde. por ejemplo, los óvulos fecundados no fuesen lo suficientemente fuertes para adosarse correctamente a las paredes uterinas.

Estos y otros problemas parecen haber sido superados, abriéndose el camino a un importante campo de experiencias genéticas futuras. En realidad, la experiencia. de alto valor ginecológico en el campo genético, más que hallazgo constituye la base del trabajo y la investigación futura. Poder disponer del embrión de un ser humano durante un cierto tiempo abre escalofriantes y esperanzadoras posibilidades de manipulación con él. Sienta la base operativa para una actuación sobre lo que es el embrión de un nuevo ser humano. Pero esa actuación requiere considerables avances en el campo genético, avances que empiezan a lograrse en la línea del aislamiento de genes.

Una de las características esenciales de los seres vivos es la capacidad de reproducirse. La mitosis es el proceso de división indirecta de la célula viva, caracterizado por la duplicación de todos sus elementos. Por poner un ejemplo en el campo de la tecnología humana de lo que supone la mitosis o división celular. imaginemos lo que supondría que un complejo artificio como puede ser un televisor en color fuese capaz en cierto instante de dar origen a la producción de dos televisores idénticos. ¿Cómo es posible esto? Cada elemento de la célula -las partes esenciales- da origen a dos nuevos elementos idénticos. Esto equivaldría continuando con el ejemplo del televisor a que cada válvula cada condensador o pequeña resistencia se partiese en dos mitades que rápidamente aumentasen de tamaño hasta adquirir las proporciones del elemento originario. El resultado global que supondría el proceso sería el de dar origen tras la división de todas y cada una de los millares de pequeñas piezas. a la producción de dos televisores idénticos.

La división del núcleo celular supone el desdoblamiento de los cromosomas piezas clave del núcleo celular que son portadoras del mensaje genético. En los cromosomas se hallan dispuestos en serie lineal y orden fijo los genes de los que en cada célula del ser humano hay tres o cuatro millones. Cada gen desencadenará procesos químicos en los nuevos organismos tendentes a hacer adquirir a éstos las características de su progenitor. Pues bien. las técnicas desarrolladas en las universidades de Yale y Harvard (Estados Unidos) y Haceteppe (Turquía) hechas públicas recientemente gracias a las cuales es posible el aislamiento de un gen humano nos acercan aún más a esa ingeniería genética, objeto hasta ahora de la ciencia-ficción. Porque localizar gen por gen los rasgos o atributos de cada individuo humano -el color de su pelo, las características de sus músculos, su cerebro. etcétera- va a permitir dentro de no muchos años la acción sobre esos genes modificando su mensaje. Las técnicas de fecundación extrauterina, combinadas con la fuerte investigación genética que se está llevando a cabo en numerosos centros del mundo harán posible dentro de no muchas décadas la determinación en el embrión humano de las características de los nuevos seres humanos. Es decir algo así como el diseño de los que van a nacer.

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