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Ismail Uld: "La paz en el Sahara hay que encontrarla con Argelia"

En Mauritania todo gira un poco alrededor de la Sociedad Nacional de la Industria Minera (SNIM), sucesora de la Miferma francesa, nacionalizada en 1974, tras el tercer congreso del partido del pueblo mauritano. La SNIM explota los yacimientos de hierro de Zuerat, internacionalmente conocidos a causa de los ataques de que han sido objeto por parte del Polisario. Su director general, Ismail Uld Amar, una especie de superministro que reina sobre tina de las pocas empresas eficaces y bien organizadas del país, es considerado por muchos, junto con el comandante Jiddou Uld Salek, el cerebro del golpe. Al margen de estas simplificaciones inevitables, es indudable que nada ocurre en el país sin el conocimiento y el consentimiento de la SNIM, que proporciona ella sola el 85 % de los ingresos en divisas del Estado. Nuestro enviado especial en Nuakchott, Domingo del Pino, ha entrevistado a este hombre que, sin duda, es uno de los principales sostenes del Gobierno militar.

El 10 de julio pasado, pocas horas después de que un reducido grupo de militares tomara el poder en Nuakchott sin efusión de sangre, un hombre importante acaparaba las líneas telefónicas de Mauritania con el extranjero y tranquilizaba a los inversionistas de Arabia Saudita, Kuwait, Francia y el Banco Mundial, que el 26 y 27 de enero últimos habían accedido, en una reunión celebrada en París, a financiar, hasta 460 millones de dólares, el proyecto de guelbs, explotación de hierro, que en 1985 sustituirá a la de Zuerat.Ismail Uld Amar, presidente director general de la Sociedad Nacional de la Industria Minera (SNIM), «señor 85 %», como se le llama porque su empresa aporta al erario mauritano el 85 % de sus ingresos en divisas, es, con el comandante Jiddou Uld Salek, nombrado ministro del Interior por el nuevo Gobierno, una especie de superministro que, no obstante, se mantiene al margen del poder oficial.

El poder del «señor 85 %» se basa ante todo en su empresa, en sus relaciones con los inversionistas extranjeros, con Francia que proporciona no sólo los técnicos y cuadros de la SNIM, sino la cobertura aérea principal para proteger el -tren que evacúa el mineral de hierro de Zuerat a los puertos atlánticos, y en la confianza que franceses e inversionistas extranjeros tienen depositada en él.

Ismail Uld Amar fue el primero en manifestar públicamente su adhesión al nuevo poder militar, y esa adhesión suya sirvió como detonador para muchas otras del mundo de los negocios. Ha sido también el organizador y portavoz público del apoyo popular en una de las manifestaciones más importantes que tuvieron lugar en el país, la de Nuakchott.

Para comprender lo ocurrido en Mauritania, es imprescindible saber que en 1977, esta empresa que aporta el 85 % de los ingresos del Estado, se vio incapacitada en la imposibilidad de entregar un sólo céntimo al Gobierno de Uld Daddah «porque las exportaciones habían descendido a 8,4 millones de toneladas de hierro, unos tres millones menos que en 1974, nuestro mejor año».

Cuando se le pregunta por las intenciones del nuevo poder, Ismail Uld Amar siempre precisa que él es solamente un director de empresa y que sus opiniones son puramente personales. Sin embargo, responde a todas las preguntas sin cortapisas. Sobre las razones del golpe, responde: «Porque las instituciones democráticas que implantamos cuando la independencia en 1960 habían sido poco a poco abandonadas para llegar finalmente a un poder personal. »

Ismail Uld Amar detesta que se hable de golpe. «Aquí hubo más bien un contragolpe, dice. Cuando el poder personal prescinde de la constitución, alguien tiene que enderezar la situación. Yo, personalmente, apoyo enérgicamente el cambio que ha tenido lugar.»

«El intervencionismo excesivo del Estado -continúa Uld Amar-, la multiplicación de los impedimentos para la iniciativa privada, la multiplicación de sociedades estatales en sectores que no lo merecen, han llevado a contragolpe.» «Desde luego -sigue-, está la guerra como razón final. Maurilania no puede soportar esta guerra; la economía tiene que ser liberalizada y hay que poner en pie nuevas instituciones democráticas.»

La SNIM queda mayor liberalización

Evidentemente, y para Uld Amar, la SNIM no ha tenido nada que ver con el «contragolpe» -para conservar su terminología-. «No obstante, reconoce, desde enero último la SNIM le había pedido al viejo Gobierno una mayor liberalización. La respuesta que obtuvimos no fue más que una fachada. La liberalización es necesaria porque la explotación de las minas de hierro no está al alcance de la iniciativa privada mauritana, sino de la extranjera. La SNIM desea, en ese sentido, una apertura total.»Pero la gran cuestión en Mauritania es cómo acabar con la guerra. Los militares del golpe del 10 de jullio han logrado la unanimidad en tomo a ellos precisamente por su intención declarada de acabar con la guerra. El país entero lo deseaba. En el tercer congreso del Partido del Pueblo, el partido de Uld Daddah, ahora prohibido, celebrado a principios de año, una gran parte de los cuadros no estaban de acuerdo con la continuación de la guerra.

Una guerra, sin embargo, es entre dos partes. Qué le ofrece Mauritania a la otra parte es algo que nadie parece saber. Ismail Uld Amar, en cualquier caso, prefiere no aventurar soluciones. «Creo -afirma-, que en este momento nadie sabe exactamente cómo se puede acabar con la guerra. Para aventurar propuestas -añade-, es necesario escuchar a todas las partes. En lo que a nosotros -la SNIM- concierne, necesitamos ante todo seguridad para, llevar adelante nuestro negocio. Personalmente estoy convencido que la paz sólo es posible con el acuerdo de todas las partes. »

«Para Mauritania -explica-, el proyecto de Guelbs, vital para su economía, no puede llevarse a cabo sin paz. Ni siquiera en lo mas inmediato que es obtener cien millones de dólares para el aporte de Mauritania al proyecto.» «Sin embargo -indica-, nuestro país no puede enfrentar este proceso de paz sólo. Es necesario ponernos de acuerdo primero con Marruecos, para luego encontrar una solución con los demás, aunque en mi opinión los saharauis por sí solos no podrían hacer la guerra. »

Hacia una solución con Argelia

«Tenemos que encontrar una solución con Argelia, porque Argelia siempre dijo que era un país afectado, pero no interesado por la guerra. Ahora no podrá decir que es un país interesado. Lo único cierto es que el régimen anterior había perdido el sentido de la realidad. El nuevo Gobierno ha tendido un puente a Argelia, y los argelinos también se encuentran en una situación dificil.»Y aunque Uld Amar, como todos, se niega a anticipar soluciones, insistimos. ¿Llegará Mauritania a equilibrar mejor sus relaciones con Marruecosy Argelia? «Es indudable -dice Uld Amar-, que entre nosotros y los argelinos existen a pesar de todo afinidades al igual que con los saharauis. Nuestras futuras relaciones no pueden hacerse más que sobre la base de la mistad. Cuando tengamos paz, tendremos que aprender de nuevo a trabajar en cooperación.»

Existe, naturalmente, la sospecha de que Mauritania ha tendido un puente cuando no podía más. «No -dice Uld Amar-, esa no es la situación. Esto no quiere decir que no tengamos los recursos para combatir. Nuestras fuerzas son las mismas que antes. En el ferrocarril, hace tiempo que los argelinos perdieron la guerra. Ellos causan una cantidad enorme de problemas, eso es incuestionable, pero con el sabotaje. Nuestro Gobierno no mendiga paz. Cuando declaramos que queremos encontrar una solución de paz con nuestros hermanos marroquíes, ello quiere decir que si Argelia reacciona de la misma manera que hasta ahora, Mauritania podría verse obligada a reforzar su dispositivo defensivo militar y todos los apoyos militares a nuestro país podrían aumelitar. Por otra parte, ¿cuál sería la actitud de Marruecos frente a una reacción negativa por parte de Argelia? Sin embargo, la situación estaba totalmente bloqueada por los protagonistas y nuestro Gobierno anterior, por eso este cambio y por eso el puente que tiende Mauritania para que el conflicto se desbloque.»

Para Ismail Uld Amar, la solución que algunos medios informativos habían anticipado como posible, la formación de una confederación con Tiris el Gharbia, la región del ex Sahara español adjudicada a Mauritania en el reparto del Sahara, no tiene sentido. «¿Con quién nos íbamos a federar -dice- con 10.000 personas?» «No -añade- hay que buscar soluciones más vastas, porque a la vez una conflagración en el norte de Africa sería, asi mismo, mucho más vasta, por eso hay que intentarlo todo antes que la guerra directa. »

Cuando le preguntamos si se debe conversar con el Polisario para una solución, Uld Amar responde: «En mi opinión, la guerra es entre tres países. Argelia pretende que la guerra la hace el Polisario, pero a nadie engaña esto. No se puede ignorar esta realidad. Personalmente, sin embargo, estoy optimista porque los tres países han sufrido con esta guerra y, porque desde luego Argelia siempre dijo que no era un país interesado en ella.»

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