La feria trágica de Pamplona
La policía de Pamplona ha cometido un nuevo error. El partido gubernamental, esta vez, protestó. Incluso el gobernador civil se ha espantado ante una acción policíaca que debía, en principio, controlar. Los sanfermines, las famosas fiestas de Pamplona, se han terminado, antes de tiempo, entre olores a gases lacrimógenos y de cócteles molotov. (...)¿Enloquecimiento? ¿Provocación? De una corrida que se .desarrollaba entre protestas, la intervención de los «grises» provocó un drama. ( ... )
Pero la policía no se contentó con inspirar miedo, sino que hizo víctimas. Balas, verdaderas balas han sido disparadas. En el ruedo y más tarde en el transcurso de la batalla de calles que ha devastado Pamplona durante varias horas. Resultado: un mártir. Como en la época del franquismo los vascos tienen hoy otro militante ejemplar.
La Diputación, dominada por los franquistas, es el símbolo del régimen anterior. La alcaldía, en cambio, es considerada como democrática. El domingo, el Ayuntamiento se reunió y pidió la retirada de las fuerzas antidisturbios, la dimisión de su jefe y del gobernador. Los partidos y los sindicatos han exigido una información completa sobre los incidentes. Lo habían exigido también el año pasado, cuando se produjeron dos muertes (por bala también) en Málaga y en Tenerife. Hasta la fecha no han obtenido nada. El único ganador de la feria trágica de Pamplona es el terrorismo de ETA. Pues el slogan preferido de los guerrilleros: «la disolución de los cuerpos represivos», se repite con una singular unanimidad.»
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