"En EEUU hay cientos de presos políticos", afirma Andrew Young

Las declaraciones del embajador norteamericano en las Naciones Unidas, Andrew Young, sobre la existencia de «cientos, quizá miles» de presos políticos en Estados Unidos, han provocado una airada reacción en Washington y nuevas peticiones de que el extrovertido embajador sea cesado de su cargo.

Young hizo sus declaraciones en una entrevista con el diario francés Le Matin, comentando la preocupación norteamericana por los juicios que se siguen en la Unión Soviética contra dos disidentes. El embajador ante la ONU, que tiene categoría de miembro del Gabinete gubernamental, fue citado diciendo que «después de todo, hay en Norteamérica cientos, quizá miles, de lo que podría llamarse presos políticos».Al parecer, Andrew Young quería referirse a los pobres y a las personas discriminadas y rechazó rotundamente cualquier comparación ante los «presos políticos» a los que hizo mención como existentes en su país, con los que existen, en la Unión Soviética. El secretario de Estado, Cyrus Vance, que se encuentra en Ginebra negociando un acuerdo sobre limitación de armas estratégicas con la U RSS, tuvo un comentario «impublicable» sobre la afirmación de Young, segun la prensa estadounidense de ayer.

La Casa Blanca, que hasta ahora había sido más bien condescendiente con los excesos verbales de Young, se apresuró ayer a hacer público un comunicado en el que de forma bastante cortante se señala que, los únicos portavoces en política exterior del Gobierno norteamericano son «el presidente y el secretario de Estado».

Reacción en el Congreso

En el Congreso, las declaraciones de Andiew Young provocaron un buen revuelo y el senador ultraconservador Barry Goldwater dijo que el embajador en las Naciones Unidas debe ser cesado si no puede justificar sus afirmaciones. Otros legisladores pronunciaron ayer las primeras amenazas contra Young. Desde que se hiciera cargo de la embajada norteamericana en la ONU. Aindrew Young, un antiguo activista en las campaña pro derechos civiles, ha efectuado numerosas declaraciones públicas que provocaron indignación entre los sectores conservadores y situaciones incómodas al Gobierno de Jimmy Carter.Una de las afirmaciones más sonadas fue aquella de que las tropas cubanas en Africa estaban jugando de hecho un papel estabilizador en el continente. Otra fue la de llamar «racistas» a los ex presidentes Ford y Nixon. El mismo calificativo fue usado más tarde por Young respecto a los suecos. En la misma entrevista con Le Matin el embajador Young declaró que sospecha que el Gobierno de lan Smith es responsabie de la matanza de misioneros blancos en Rodesia.

Sin sacarse de contexto, las afirmaciones de Young no deberían haber provocado tal escándalo, ya que el embajador añade que en Estados Unidos hay gente en la cárcel «más por ser pobres que por ser malos» y añade que «es éste un problema en el que estamos trabajando y en el que hemos logrado muchos progresos».

Pero el hecho de que llueva sobre mojado y de que las declaraciones de Youno, se hayan producido al mismo tiempo que el presidente Carter y el Gobierno norteamericano condenaban enérgicamente los procesos contra Shcharansky y Guinsburg han contribuido a la dureza de la reacción y a que, hoy por hoy, en Washington se da muy por el poco futuro político de Andrew Young.