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Comercio propugna la adaptación de ciertos objetivos de las previsiones

«Una política de revaluación, a la que han hecho referencia algunos medios de información, sólo tendría sentido si se pretendiera corregir la evolución del saldo corriente de la balanza de pagos, aunque esto supondría realizar el ajuste a costa, principalmente, de la exportación de bienes y servicios, la variable más activa de la demanda agregada.»

Con esta información del órgano oficial del Ministerio de Comercio, Información Comercial Española (ICE), el departamento de Juan Antonio García Diez, se une a las voces que en los últimos días se han dejado oír en contra de una hipotética revaluación de la peseta. En opinión de ICE, los efectos dé una medida de este tipo se producirían con un cierto retraso temporal y coincidirían con un momento en el que previsiblemente se producirá una inflexión en la evolución de nuestras cuentas exteriores, especialmente en la balanza comercial.De acuerdo con el editorial del órgano del Ministerio de Comercio, la balanza comercial y el saldo de inversiones extranjeras han tenido en los últimos meses un comportamiento más positivo del inicialmente previsto al elaborar los objetivos de política monetaria. Al propio tiempo, han persistido las elevadas entradas de capital, resultado del recurso a la financiación exterior, tanto del sector público como del sector privado. Este proceso puede haberse visto acentuado por las propias dificultades de liquidez interior, que también han influido en la aparición de leads y lags. Pero, en cualquier caso, esta inadaptación del endeudamiento externo a las nuevas circunstancias ha generado un crecimiento de las reservas superiores al previsto, con la consiguiente inyección de liquidez adicional de la que han derivado las recientes dificultades.

Señala ICE que las medidas económicas adoptadas por las autoridades gubernamentales pretenden evitar un crecimiento excesivo de un endeudamiento externo ya innecesario, compensar algunas inyecciones temporales de liquidez, corregir ciertos movimientos de divisas a corto plazo inconvenientes, pero aprovechando al mismo tiempo el margen de maniobra que ofrece la balanza de pagos para dar algún paso positivo en el sentido de conseguir un mayor grado de libertad y racionalidad en el sistema productivo.

Con independencia de ello -resalta el editorial de ICE-, la evolución reciente de la economía española induce a ciertas reflexiones. A lo largo de los nueve meses transcurridos desde la puesta en marcha de la actual política coyuntural se han producido, lógicamente, modificaciones en algunas variables económicas en relación con las previsiones iniciales. El cuadro macroeconómico que sirve de base a la instrumentación concreta de las medidas de política económica ha cambiado en los últimos meses y, aunque no se trata de reorientar el fondo de la política económica en vigor -recuérdese que la tasa de inflación será a fin de año el doble que la de la OCDE en términos de tasas anuales-, sí parece que tales cambios invitan a una reflexión sobre la, adaptación de una serie de objetivos instrumentales al nuevo momento.

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