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Argentina'78

El tercer puesto, para Brasil

Brasil se clasificó merecidamente en tercera posición del Mundial 78, del que fue el único equipo invicto al vencer por 2-1 a Italia. Aunque encajó un gol antes de finalizar la primera parte en la que dominó, supo enderezar el partido e incluso estuvo a punto de ganar por más diferencia. Italia, que acusó las bajas de sus dos centrocampistas Benetti y Tardelli, sólo jugó a la contra y al final estuvo al borde de forzar la prórroga con un cabezazo de Bettega, que se estrelló en el larguero.El partido se podía esperar que fuera de respeto mutuo, pero quizá no tanto. En la primera parte hubo momentos auténticamente malos de fútbol, pues todo se redujo a una sucesión de fallos en el centro del campo, donde ambos equipos iniciaron sus férreos marcajes de pares. De todas formas, como Italia jugó sin Benetti y también sin Zacarelli, a última hora su fuerza sólo radicó en el marcaje, más que en la organización del propio juego, a la espera del contraataque propicio. Brasil dominó ya, al menos, durante la primera media hora, pero bastó una escapada de Rossi para que encajara el gol. Su defensa es tan floja, aunque parezca mentira para un equipo invicto -así es el nivel del Mundial- que no admite un cambio de extremos rápido.

Causio pudo así rematar en completa soledad.

El comienzo del partido fue ya un aviso para los tricampeones mundiales de que su dominio territorial podría quedar en nada en cualquier instante. Parece mentira lo que ha cambiado el fútbol de un país que era precisamente antes maestro en resolver partidos en una jugada. Una falta al borde del área a los tres minutos, la sacó muy bien Antognoni -otra de las decepciones del torneo- y Leao desvió apuradamente junto al poste derecho. Inmediatamente después el mismo jugador florentino, empalmó sobre la marcha y repelió la escuadra izquierda.

Sin embargo, aunque los comienzos favorecían más a Italia, Batista y Dirceu pudieron al citado Antognoni y al oscuro Patrizio Sala lo suficiente como para llevar balones al área rival. En realidad, fue sólo eso, pues el mayor peligro brasileño de la primera parte lo produjo Nelihno en un córner sacado con efecto, según su estilo, que se le escapó a Zoff. El problema grave de Brasil es que su defensa no es demasiado buena; Cerezzo, el otro centrocampista, trabaja, pero es tan frío que no ayuda a Batista y Dircéu, y para terminar, no existe delantera. Al menos durante la primera parte.

Gentile y Cabrini no tuvieron problemas para anular a los vulgares Roberto y Gil, siendo éste sustituido en la segunda parte por un Reinaldo que al menos dio más sensación de peligro. El equipo de Coutinho, que juega sin extremo izquierda, no aprovechó a su mejor lateral, Rodrigues Neto, para internarse por su banda. A lo más que llegó fue a mantener en su campo a Causio, pero al caro precio de que en una ocasión se le escapara para Venir el gol. Italia pudo marcar también antes del descanso en otra gran jugada de Rossi que acabó con disparo del mismo Causio al larguero. Poco después, otro error defensivo no lo aprovechó el joven delantero de Vizenza, sólo ante Leao. El panorama no podía favorecer más a Italia en el descanso, pese al dominio brasileño, pero el problema de los bajos segundos tiempos del equipo transalpino se volvió a repetir, Las ausencias centrocampistas y la ventaja en el marcador le hicieron cerrarse atrás por obligación y por convicción. Más aún cuando entró Rivelino por Cerezzo. Acababa de marcar Nelinho el empate y el veterano capitán dio dos pases de oro antes del que precedió al segundo tanto. Brasil, sin hacer un gran partido, como en todo el campeonato, quería acabar como único equipo invicto y lo consiguió. La dureza final no le hizo perder demasiados nervios y tuvo suerte en que un cabezazo de Bettega en el último segundo lo rechazara el larguero. Por esta vez su suerte fue justa.

Italia, la selección que mejor fútbol ha practicado en el curso del campeonato, bajó sensiblemente en su juego en la segunda fase. Sus excelentes partidos contra Francia, Hungría y Argentina, a la que batió en contra de todo pronóstico, no se han repetido después. Su defecto ha sido claro: la falta de condición física. Ante Alemania, Austria, Holanda y Brasil -estos dos últimos encuentros son los que le costaron derrotas decisivas- ha mostrado sensibles bajones en los segundos tiempos. Holanda y Brasil le remontaron marcadores favorables porque en las segundas mitades no supo mantener su ritmo. El Mundial-82 ha vuelto a confirmar que el buen fútbol pierde valor si no va acompañado de gran preparación física. A Italia su excelente fútbol no le ha servido más que para ocupar la cuarta plaza.

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