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Marruecos anunció la visita oficial del presidente del Gobierno español

El viaje del presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, a Marruecos fue anunciado ayer oficialmente en Rabat, donde se dieron las fechas de los días 26 y 27 de junio para la visita. En Madrid, a la espera del anuncio formal del viaje, fuentes políticas bien informadas confirmaron la intencionalidad de la visita y las fechas mencionadas.

Las mismas fuentes aseguran que el retraso del anuncio oficial se debe a dos cuestiones de índole política: la posibilidad de que se establezcan fechas para un encuentro Suárez-Bumedian antes de la cumbre de la OUA en Jartum, lo que parece que ha sido rechazado en Argel, y la eventualidad de que el presidente decida posponer el viaje a Rabat, para evitar susceptibilidades argelinas y no dar la impresión -ahora que surgió en la prensa el debate sobre el futuro de Ceuta y Melilla- de que el presidente Suárez tiene la intención de hablar en Marruecos, especialmente, sobre el futuro de las plazas africanas españolas.El Gobierno español intenta mantener un equilibrio entre los encuentros que el presidente Suárez desea mantener con el rey Hassan II y el presidente Bumedian. De ahí el silencio oficial que ha rodeado la preparación de ambos viajes y las reticencias a la hora de anunciar las fechas programadas para el desplazamiento de Suárez a Marruecos, previstas desde hace varios días. Pero lo cierto es que el equilibrio deseado parece resquebrajado y de difícil recomposición.

La misión que llevó a Argel al embajador de España en este país, Gabriel Mañueco -que será posiblemente sustituido por el diplomático Rafael Ferrer-, era, amén de su despedida oficial de la capital argelina, la de conseguir una fecha para el encuentro Suárez-Burnedian, a ser posible antes de la cumbre de la OUA sobre Jartum. Las primeras informaciones sobre el resultado de esta misión indican que Argelia no parece muy dispuesta a que la entrevista sea anterior a Jartum y sí después, probablemente, para el mes de agosto. Argelia hace meses era demandante del encuentro, y España, desde el encuentro Oreja-Buteflika en Nueva York, es quien solicita la entrevista, para fechas determinadas. Los últimos acontecimientos sobre la citada cumbre de la OUA, y de manera especial, las que recoge nuestro corresponsal en Argel, Manuel Ostos, relativos al apoyo incondicional del Comité de Liberación de la OUA a las tesis argelinas sobre la supuesta «africanidad» de las islas Canarias, parecen haber crecido las posiciones de Argelia frente a la reunión de Sudán y, por ello, evitan el contacto previo al más alto nivel.

En cuanto al viaje de Suárez a Marruecos, antes de Jartum y sin visita inmediata a Argelia, se puede decir que, a última hora, en medios políticos próximos al Gobierno, se discut:ia la oportunidad de su posible aplazamiento en busca del equilibrio mencionado y, también, para evitar la impresión ante la opinión pública de que el presidente Suárez lleva en cartera la cuestión de Ceuta y Melilla, recientemente aparecida y debatida en la prensa española y marroquí. Los mismos medios señalan que Marruecos vería con decepción la suspensión o el retraso del viaje de Suárez a Rabat y que ello podría traer consecuencias sobre la actitud marroquí frente a la OUA y ante el futuro de Ceuta y Melilla.

Por último, se espera que en las próximas horas quede zanjado el dilema sobre los viajes de Suárez. El Gobierno se verá obligado a anunciar las fechas del desplazamiento a Rabat y, posiblemente, el futuro del encuentro Suárez-Bumedian. El embajador Gabriel Mañueco, esperado hoy en Madrid, informará a la Administración ampliamente de los contactos que mantuvo en la capital argelina.

Sobre la visita de la delegación de parlamentarios españoles que concluyó el pasado domingo su visita oficial a Marruecos hay que señalar, según fuentes allegadas a la delegación hispana, las críticas del rey Hassan II a la oposición española por su actitud sobre el Sahara, calificándola de anacrónica. Asimismo, el monarca alauita declaró que su país desea la pronta construcción de un túnel en el estrecho de Gibraltar, afirmando que no habrá problemas de financiación para ello, y afirmó que tampoco comprende la actitud de la oposición española, contraria al ingreso de España en la OTAN, ingreso que desea el monarca.

Por último, en sus contactos con el Parlamento marroquí, la delegació hispana pudo comprobar la insistencia marroquí sobre su soberanía histórica en relación con Ceuta y Melilla, señalando que éste es un problema que, aunque no es urgente, hay que negociarlo y solucionarlo. Los parlamentarios marroquíes dijeron que dicha negociación o diálogo debía comenzar para antes de la próxima asamblea de la ONU.

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