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"Revaluar la peseta sería absolutamente descabellado"

«Los rumores sobre la eventual revaluación de la peseta son un equívoco puro, consecuencia de una reunión no económica en la que alguien me preguntó si preveía una nueva devaluación de nuestra moneda. Naturalmente, contesté que, en todo caso, a la vista de la evolución de nuestra situación económico-financiera, lo que podría pensarse era precisamente lo contrario, es decir, en la revaluación. Y no ha habido nada más, salvo las interpretaciones a posteriori.» Así explicó ayer el ministro de Hacienda español, Francisco Fernández Ordóñez, a los periodistas españoles acreditados en París, el «tema» de la hipotética revaluación de la divisa española.

Interrogados otros medios económicos y financieros franceses y españoles, estimaron completamente ilógica en estos momentos la revaluación de la peseta. Se había especulado sobre la posibilidad de que la OCDE, influida, más o menos indirectamente, por intereses franceses (sus intercambios con España son deficitarios desde 1975), estuviese dispuesta a presionar a las autoridades españolas para «pactar» la supuesta revaluación.Solidaridad para salir de la crisis

El ministro español intervino en la conferencia de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), que concluyó ayer con un consenso general en lo que concierne a la gravedad de la crisis económica en los veinticuatro países que integran este organismo. Frente a tal situación, los ministros de Economía y Asuntos Exteriores que intervinieron en los trabajos también coincidieron en recalcar que se imponía una acción concertada, ya que «la más importante lección de la crisis es que vivimos en un mundo que está condenado a ser solidario porque sus objetivos y sus valores se han hecho indivisibles», según estimó el señor Fernández Ordóñez en su discurso de ayer, coreando con tales palabras a los responsables del mundo occidental reunidos en el Chateau de la Muéte, sede la OCDE.

En la referida intervención, el señor Fernández Ordóñez dio cuenta de «la política de saneamiento realizada en España, que ha logrado reducir la inflación interna y el desequilibrio exterior. Esta política económica, indicó, ha sido convenida por todos los partidos políticos parlamentarios en un hecho histórico sin precedentes en España». Según el ministro, el resultado de esta política hará que el aumento del coste de vida, a finales del año en curso, sea del 16%,contra el 26% del año anterior. Pero subrayó que los equilibrios económicos se han conseguido a costa del empleo, que ha alcanzado la cota del 7% de la población activa y, además, teniendo en cuenta que el 40% de los parados no pasan de los veinticuatro años de edad.

La RF de Alemania no aceptará emigrantes

El desempleo en España, consideró el ministro ante sus colegas, no se debe sólo a las razones específicas de la política interior, sino «al paro transmitido o descargado por los países más desarrollados». Y recordó que entre 1974 y 1976 han regresado a España 100.000 emigrantes que les sobraban a países como Francia y Alemania, entre otros, que los emplearon en los tiempos de las vacas gordas del crecimiento salvaje. Sobre esta cuestión el señor Fernández Ordóñez se entrevistó con su colega alemán, Otto Lambsdorss, que no le ofreció esperanza alguna sobre la readmisión de emigrantes. El ministro de Bonn le explicó que la política de su Gobierno en este aspecto consistiría en invertir en el extranjero para crear empleos en los países deficitarios en puestos de trabajo.

El ministro matizó ante la prensa española algunos de los puntos del orden del día de esta reunión de la OCDE, que también ha servido para preparar las que se celebrarán en Bonn y Bremen el mes que viene con objeto de organizar la evolución de la economía occidental, pero a la que sólo asistirán los siete grandes del mundo capitalista, capitaneados por Estados Unidos. Todos los países, dijo el ministro, están de acuerdo para rechazar el proteccionismo. Los americanos, país número uno en materia de exportación de inflación desde hace un cuarto de siglo, pero de manera más acentuada desde que suprimió la convertibilidad del oro en 1970. Afirmó el señor Fernández Ordóñez lo que había repetido en público: que los norteamericanos están dispuestos a hacer todo lo posible para frenar su consumo energético (el 75% del gasto mundial) y a controlar la inflación.

El ministro subrayó también el acuerdo común para reconocer: que es necesario mantener un crecimiento del cuatro o 5% para desdramatizar el problema del empleo de cara al horizonte de 1985. A este respecto, el presidente galo, Valery Giscard D'Estaing, estimó que en Francia podría no haber preparados hacia primeros del año 2.000. En España, según el señor Fernández, Ordóñez, la inflación se rebajaría hasta el nueve o 10% para finales de 1979. Los dieciocho meses que faltan hasta entonces -indicó- «serán muy difíciles».

Con su colega alemán también conversó sobre la implantación de la banca extranjera en España, cuyo decreto de autorización es inminente: «A mí me parece bien -dijo-, que los bancos alemanes se establezcan en España para activar la competencia.»

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