Setenta y cinco mil millones de pesetas para la investigación científica

A cerca de 75.000 millones de pesetas asciende el proyecto de plan trienal de promoción de la investigación científica y técnica, durante el período 1979-1981, según ha podido saber Efe de fuentes bien informadas.El plan es considerado como mínimo para tratar de resolver la endémica carencia de fondos de nuestra investigación por nuestros poderes públicos. Está orientado a tratar de rescatar para el país los pocos científicos que existen -5.300 en el sector público y 2.400 en, el sector privado-, así como para dar lugar a un paulatino rejuvenecimiento de nuestro personal investigador, con el incremento progresivo de las plantillas para el personal formado y la formación de 3.300 nuevos científicos en el trienio.

Sin embargo, este plan parece que está en vía muerta. Según manifestaciones de algunos científicos, no existe la menor noticia del plan, aunque su primer borrador fue terminado a primeros de abril y presentado a discusión de la comisión delegada de política científica y técnica -el más alto organismo de política científica de nuestro país, integrado por ocho ministros del Gobierno y un vicepresidente- en la reunión que tuvo este alto organismo el pasado día 23 de mayo, según declaraciones públicas del ministro de Educación y Ciencia en el seminario hispano-francés de política científica inaugurado el día anterior. No se ha facilitado noticia alguna sobre el resultado de las deliberaciones de este urgente plan que es esencial para la propia vida de la investigación en nuestro país.

El desasosiego de los medios científicos ha crecido aún más ante el hecho de que el hombre que dirigió los trabajos para la redacción del anteproyecto del plan, Federico Mayor Zaragoza, presidente de la comisión asesora de investigación científica y técnica, ha sido nombrado hace muy pocos días director general adjunto de la Unesco, con lo que los científicos con los que ha hablado la agencia Efe se encuentran desalentados.

La cuantía de los fondos del plan es justificada por el propio potencial investigador de España, muy bajo -0,6 % de la población activa frente a cifras cinco veces mayores en la media europea-, con unos gastos en investigación prácticamente ridículos.