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Los grandes partidos italianos preocupados por el resultado del referéndum

Juan Arias

Ninguna de las dos leyes sometidas el domingo y el lunes a referéndum en Italia han sido abrogadas. Conocido el 80% de los sufragios emitidos, el número de votantes que se habían pronunciado a favor de la abrogación de la ley de Financiación Pública de los Partidos era del 42,5% y los que se pronunciaron a favor suponía el 57,5%. En el caso de la ley Reale, sobre orden público, los resultados están más distanciados: 77,8% a favor y 22,2% en contra. En cualquier caso, los votos favorables a la abrogación de las dos leyes preocupan a los partidos de la mayoría, porque suponen un número muy por encima del esperado, especialmente en el caso del financiamiento de los partidos.En las oficinas centrales de los partidos políticos se siguió minuto a minuto el resultado de los dos referéndums con la misma tensión y nerviosismo con la que se siguen las elecciones políticas generales.

Apenas empezaron a llegar los primeros datos del Ministerio del Interior crecía la preocupación del Gobierno y de los partidos de la mayoría, porque el porcentaje a favor de la abrogación de las dos leves aparecía mayor de lo que se había imaginado. Teniendo en cuenta que si los italianos hubiesen votado respetando el actual equilibrio político, es decir, según las directivas de los partidos, sólo un 7% hubiese votado contra las dos leyes, no cabe duda que los primeros resultados indican ya un malhumor general.

De hecho, ante los primeros resultados la Democracia Cristiana no quiso hacer comentarios, los comunistas, tampoco. No los harían hasta casi el final del escrutinio; es que reinaba en los pasillos de las oficinas del PCI mucho «malhumor» porque, según una encuesta hecha por los comunistas con los primeros resultados, los votos favorables a la abrogación de la subvención a los partidos podían Ilegar al 44%. En este caso, aunque la ley permanecería, no cabe duda que sería, como habían indicado todos los politólogos, un dato muy grave, porque demostraría poca confianza de los electores en los propios partidos.

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Ninguna de las leyes sometidas a referéndum en Italia fueron rechazadas

(Viene de primera página)Otra de las sorpresas ha sido el porcentaje de abstenciones, inferior al previsto. Los últimos llamamientos para acudir a las urnas, tanto por parte de los partidos de la mayoría como de los radicales y de la ultraizquierda y de los missinos dio su resultado: la media de lo electores que votaron fue mayor de lo que se esperaba y temía, porque llegó al 73%, cuando se pensaba que no se llegaría al 60%. De todos modos, votaron un 15% menos que en las últimas elecciones políticas.

Un dato curioso es que en las islas (Sicilia y Cerdeña) y en el Sur los votos contra la ley de subvención a los partidos superó el 50%. En el Norte fue al contrario. También en relación con la ley Reale los votos en contra fueron más numerosos en el Sur que en el centro. Berlinguer declaró que esta es la demostración de que donde el Partido Comunista es más fuerte se respetó mejor la llamada a votar a favor.

El primer comentario democristiano fue el del vicepresidente de la DC, Galloni, quien afirmó que el resultado más importante es el de la ley Reale porque es más político y porque demuestra que los italianos aprobaron la actitud de firmeza del Gobierno en materia de orden público.

Según el secretario del Partido Republicano, Biasini, el sorprendente número de votos contra la ley de financiación pública de los partidos no fue un voto contra el régimen de partidos, sino el resultado de insatisfacción de una gran parte del electorado ante el recuerdo tenaz de escándalos que turbaron la opinión pública.

Claudio Signorile, vicesecretario del PSI, hizo una llamada a «no politizar este voto que demostró la madurez y la libertad de los electores que no se dejaron arrastrar ciegamente por las llamadas de los partidos».

Desde los primeros resultados, los socialistas se mostraron los más serenos. Consideran que para el PSI estos resultados constituyen un test interesante, ya que el PSI fue el único partido que aun votando «oficialmente» a favor de las dos leyes para respetar la unidad de la mayoría actual del Gobierno dejó libertad a sus electores para que votaran según la propia conciencia.

Los más entusiastas fueron los radicales, quienes mientras hacían las primeras declaraciones ante las cámaras de televisión presentaron, a la espalda del periodista, una pancarta que decía: «Pensad mucho antes de creer lo que os dice la televisión.»

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