Zaccagnini y Berlinguer, en desacuerdo con Andreotti
En vísperas de los dos referéndums nacionales, con poco entusiasmo popular y mucha preocupación política, el primer ministro, Giulio Andreotti, sigue recibiendo ataques a fondo de los partidos que apoyan su Gobierno. Socialistas, Republicanos y socialdemócratas, pidieron el jueves al presidente del Gobierno el «nombramiento inmediato» del nuevo ministro del Interior. Les sigue ahora el secretario del Partido Comunista, Enrico Berlinguer, con una carta «sorpresa» dirigida ayer a Andreotti y con copia a todos los secretarios de los partidos de la mayoría.Es un gesto grave, porque estos gestos personales de Berlinguer se pueden contar con los dedos de la mano. En esta carta, en la que el secretario del PCI pide un encuentro urgente de Andreotti con los representantes de los partidos que lo apoyan (entre los cuales están los comunistas), el Partido Comunista «expresa preocupación por las insuficiencias y las incertidumbres con las cuales el Gobierno y la mayoría que lo sostienen están realizando el programa concordado».
Berlinguer se refiere en su carta, sobre todo, a la política económica y social y concretamente al problema de los jóvenes sin empleo y al abandono en que se encuentran las zonas del sur de Italia. Esta iniciativa de Berlinger, según algunos observadores, podría ser el primer fruto de la nueva actitud de los comunistas después de los últimos fracasos electorales y de la promesa del mismo Berlinger cuando aseguró a los dirigentes periféricos que el PCI no tendría miedo de volver a la oposición.
Criticando al partido por haber sido demasiado «blando» ante ciertas injusticias y hacia una política demasiado inmovilista. La base comunista se está quejando, desde hace tiempo, de que los dirigentes del partido se preocupan más de entrar en el Gobierno y de defender a la DC que de empujar un cambio radical de política, después de treinta años de hegemonía democristiana y de inmovilismo. Esta carta de Berlinger llegó a Andreotti momentos despues de un encuentro con Zaccagnini que los medios informativos aseguran fue «muy duro». Según informaciones recibidas por EL PAIS se trató de una «acalorada díscusión» entre el secretario de la DC y el presidente del Gobierno, porque Zaceagnini piensa que es preciso nombrar lo más pronto posible el nuevo ministro del Interior, y, sobretodo, que debe ser un hombre «nuevo» sin sombra de sospechas, muy preparado y que no pertenezca a la «vieja guardia».
Según el diario La Repubblica, Zaccagnini no está de acuerdo con el nombramiento de Zamberletti, que es el candidato de Andreotti. Y esto no por razones contrarias a la persona de Zamberlatti., sino porque la opinión pública no le perdonaría que su secretario particular pueda terminar en la cárcel acusado de estafa en la reconstrucción del Friuli después del terremoto.
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