Los ceremoniales religiosos en España, recogidos por María Ángeles Arazo
Un nuevo libro de carácter sociológico y etnográfico acaba de publicar la escritora y periodista María Ángeles Arazo. Superstición y fe en España, editado por Plaza Janés, es un documento monográfico sobre los ceremoniales religiosos más antiguas de España. En otras obras trató los viajes y estudios de costumbres: Gente del rincón (1966), Gente del maestrazgo (1968), Gente de la serranía (1970), Valencianos de la mar (1971), Gente del valle de Ayora (1975), El libro negro de Consuegra (1977), Valencia íntima (1977) y Crónicas de la España negra (1978).
«Aparte de Ia literatura de creación -declaró María Ángeles Arazo a EL PAÍS- me interesan los libros de viaje donde pueda reflejar las costumbres y tradiciones de pequeñas comunidades que en un plazo de diez o quince años pueden desaparecer. En lugar de acudir a los archivos, prefiero recoger la tradición oral a través del hombre de los protagonistas de las fiestas y ritos. En los autores de la generación del 98, la literatura de viajes cantaba el paisaje y la arquitectura de los pueblos de España, siendo el autor el protagonista. En la narrativa actual, a partir de Cela, predomina las reflexiones del propio autor. En esta última línea me encuentro plenamente. Ensamblo el reportaje literario de las fiestas con semblanzas humanas, que son auténticos relatos. A través del personaje se ve cómo ha vivido una sociedad rural en plena incultura y troquelada por normas eclesiásticas que lo han condicionado. »En los capítulos de Superstición en España se recogen diversos ceremoniales religiosos vividos por la autora, como «la endiablada» de Almonacid del Marquesado, los «picaos» de San Vicente de la Sonsierra, la Magdalena de Anguiano. «En los danzantes de Anguiano me impresionó la promesa de las mujeres de cortarse las trenzas para tejer pelucas para la santa. La flagelación de los «picaos» me parece inhumano y contrario a la sencillez evangélica. En Cuenca presencié una de las fiestas más puras y desconocidas también protagonizada por hombres, que es "la endiablada" de Almonacid del Marquesado, donde los "diablos" rinden culto a la virgen. El lugar donde más he trabajado es Galicia, tierra mágica por excelencia, donde se nota que la Iglesia cristianizó las costumbres paganas. He podido comprobar que todavía se practica el exorcismo, en la sierra de Outes, en el interior de La Coruña.»
A través del conocimiento directo de estos ceremoniales religiosos, María Ángeles Arazo considera que la Iglesia adopta tres posturas: permanecer al margen y dejar al pueblo que siga con sus tradiciones, la prohibición de fiestas y ritos, sobre todo, por parte de sacerdotes jóvenes; y el aliento que recibe en algunos casos, donde sacerdotes presiden los actos, como ocurre en la «procesión de los ataudes», en Puebla de Caramiñal (La Coruña). Es partidaria de mantener estas costumbres sólo cuando tienen gran riqueza folklórica y reflejan la cultura popular.
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