Oreja se entrevistó en Nueva York con el ministro de Asuntos Exteriores argelino

Naciones Unidas - 04 jun 1978 - 00:00CEST

Después de dos horas y media de conversación «franca y útil» con su colega argelino, Abdelaziz Bouteflika, el ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, se mostró cautamente optimista sobre el futuro de las relaciones entre Madrid y Argel, y dijo que la entrevista, había servido para «desbrozar» el camino hacia un futura normalización.

El señor Oreja, que regresa hoy a Madrid tras haber asistido a la sesión especial sobre Desarme de las Naciones Unidas, en Nueva York, añadió que «no se ha descartado» la. posibilidad de un encuentro «a más alto nivel» entre España y Argelia, pero puntualizó que tal entrevista no está concertada, sino simplemente excluida.

La reunión entre los dos ministros de Asuntos Exteriores se celebró en la mañana de ayer, hora local, en la sede de la misión argelina ante la ONU. Según explicó el señor Oreja, la entrevista se: concertó a última hora del viernes, después de que Bouteflika y él se encontraran en un almuerzo ofrecido Por el secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim. El canciller español había enviado, hace dos meses, una carta al ministro argelino en la que solicitaba una entrevista y Bouteflika respondió el viernes a esta solicitud concertando el encuentro para el sábado.

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Marcelino Oreja dijo a los informadores españoles que forzosamente debía ser parco en sus expresiones sobre el contenido de la entrevista, ya que, en primer lugar, debe informar cuanto antes, quizá hoy mismo, al presidente Adolfo Suárez. Sin embargo, el ministro calificó su conversación con Bouteflika como un «avance» y añadió que cree que el encuentro permite abrir perspectivas en las relaciones entre dos países vecinos, que deben discurrir con normalidad y cordialidad, aunque atraviesen ahora por el momento más difícil de su historia.

El canciller español dijo que la entrevista había transcurrido en un ambiente cordial y que se habían abordado en la misma «todos los temas». El señor Oreja añadió que se había producido una situación de incomunicación entre los dos países y que, después de su reunión con Bouteflika, seria posible crear un ámbito más propicio y que el horizonte actual era mejor que el existente antes de la entrevista.

Para el ministro español, la normalización de relaciones con Argelia es algo que favorece al interés nacional y expresó su deseo de trabajar en este sentido, sin renunciar, por supuesto, a algo que afecte a la dignidad española. Marcelino Oreja repitió en varias ocasiones que creía útil la entrevista y la definió como un «desbroce» de la situación antes existente.

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Entrevista Oreja-Bouteflika en Nueva York

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El señor Oreja dijo que «no está previsto» que el embajador español en Argel regrese a su puesto por el momento y negó que se hubiera estudiado la posibilidad de un viaje del presidente Suárez a Nueva York para entrevistarse con su colega argelino, Boumedian. La posibilidad de que el señor Suárez asistiese a la sesión de desarme de la ONU se incluía en una gira más amplia por tres países de América latina, que ha sido aplazada hasta septiembre, y, por otra parte, el líder argelino no ha viajado a Nueva York.

Respecto a su entrevista con el secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, el ministro dijo que le había planteado el tema de los pescadores españoles apresados por el Frente Polisario, y que Waldheim, que ya estaba informado del asunto por la misión española en las Naciones Unidas, prometió hacer las gestiones pertinentes.

Durante una rueda de prensa celebrada el día anterior, el señor Oreja anunció el próximo intercambio de embajadores entre España y Angola, y dijo que la política africana de España comenzó a planificarse mucho antes de la «cumbre» de la OUA en Trípoli y no era, por tanto, una respuesta a esta conferencia.

Resumiendo sus contactos con numerosos países africanos, de cara a la próxima reunión de Jartum, donde se estudiará el tema de la «africanidad» de Canarias, el canciller español dijo que se estaba despertando una conciencia sobre un tema ignorado, que podría haber resultado en una «aquiescencia complaciente» a la tesis argelinas sobre Canarias. Para el ministro español, la auténtica prueba de la conferencia de Jartum radica en que se reconozca o no al MPAIAC como «movimiento de liberación», algo que tratará de evitar la diplomacia española.