"La historia y la antropología son invenciones europeas"
Entrevista con el filósofo mexicano Leopoldo Zea
Leopoldo Zea pertenece a la escuela filosófica denominada «americanistas». Mexicano de nacionalidad, ha sido discipulo del profesor español José Gaos, a quien reconoce un magisterio definitivo e imborrable. En estos días saldrá a la luz un nuevo libro suyo, La filosofía de la historia americana, editado por el Fondo de Cultura de México.
«Mi último libro se abre con unas palabras de José Gaos en las que señala la necesidad de estudiar la filosofía de la historia de América, que es exactamente lo que traté de hacer en el libro.»«Considero que la historia, como la antropología, son invenciones europeas a través de las cuales el occidental se reconoce a sí mismo como hombre y como autor de una historia, su propia historia, y en ese reconocimiento los pueblos con los que se encuentra no son sino parte accidental de su propia humanidad y de su propia historia.»
«A través de La filosofía de la historia americana muestro como el europeo, en sus dos expansiones -la española del siglo XVI y la sajona del XVII-, va a justificar su expansionismo a través de la idea que tiene de su propia humanidad y de su propia historia. »
«La segunda parte del libro -añade el profesor Zea- es la respuesta latinoamericana a este punto de vista europeo, occidental, sobre el continente americano. Es decir, cómo los latinoamericanos dan respuestas a este planteamiento que justifica la expansión occidental y su dominio.»
«Frente al proyecto colonizador se dan varias respuestas: la primera de ellas, la libertarla, es la que encabeza Simón Bolívar y supone la toma de conciencia de la marginación a la vez que la necesidad de subvertir lo establecido. La segunda respuesta sería la conservadora, aquella que preconiza la necesidad de mantener viva la herencia de la colonia pero puesta al servicio de las necesidades del país que recibe la herencia. La tercera, la civilizadora, representada básicamente por Sarmiento y Justo Sierra, entre otros, es la que pretende borrar toda la herencia recibida y adoptar otros proyectos, el civilizador, que estaría representado por la expansión sajona. Se basan en la tesis de que al adquirir los hábitos occidentales se alcanzaría el carácter y el talante occidental. Es lo que se vino en llamar «neocolonialismo» y es lo que explica los regímenes militares totalitarios, serviles a las grandes potencias occidentales. »
«La cuarta y última de las respuesta latinoamericanas, a mi juicio la más legítima, sería la asuntiva, aquella que asume el colonialismo para evitar el que se vuelva a repetir. José Martí sería el más representativo. En síntesis esta propuesta se podría resumir en la que, partiendo de la realidad, de lo que existe, y a partir de ello tratar de cambiarlo.»
«En realidad este libro recoge un poco los problemas planteados en otros dos libros anteriores, América en la historia y La dialéctica de la conciencia americana. Me preocupó el saber cuál era el lugar de América en la historia y lo que representa. En el segundo traté de analizar la dialéctica entre las dos Américas, la del Norte y Latinoamérica. Creo que hay que tener conciencia de la situación para intentar cambiarla, transformarla. Todo lo que se ha llamado Tercer Mundo y que, naturalmente, es más amplio que Latinoamérica, tiene el problema común de la denominación.»
«Hay estudios hechos por europeos -comenta Leopoldo Zea sobre los trabajos de Regis Debray- que tratan de acallar su mala conciencia, aunque al final queda siempre la buena voluntad de los ensayistas. Personalmente creo que los problemas de estos países tendrán que ser resueltos por ellos mismos, sin renegar de lo útil de la cultura europea. Toda esa herencia es nue stra y hay que partir de ella. »
«Para nosotros, en México, la influencia del exilio español fue extraordinaria. Personalmente siempre he reconocido la enorme influencia de José Gaos, que creo que fue fundamental. De la filosofía española reciente apenas se conoce nada. El panorama filosófico mexicano en la actualidad cuenta con tres grandes corrientes: los marxistas, encabezados sin duda alguna por el español Sánchez Vázquez; los analíticos, entre los que destacan Luis Villoro, Fernando Salmerón y Alejandro Rossi, y los americanistas, en la que nos encontramos Villegas y yo mismo. »
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