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La izquierda francesa y española incia un gran debate sobre el eurocomunismo

«Contrariamente a lo que se dijo al día siguiente de los fracasos electorales de los últimos meses, el eurocomunismo no ha muerto antes de haber nacido; es un proceso que no ha hecho más que comenzar», afirmó el antiguo dirigente del Partido Comunista de España (PCE), Fernando Claudín, en la fiesta organizada el domingo pasado por los trostkistas deja Liga Comunista Revolucionaria (LCR). La Liga consiguió reunir, por primera vez, a comunistas, socialistas, franceses y del resto de Europa disidentes soviéticos e izquierdistas de diversas tendencias.Más de 10.000 personas, jóvenes en mayoría, en una explanada de las puertas de París, vieron a Fernando Claudín comiendo a la derecha del miembro del PCI e historiador comunista, Jean Ellenstein, y a ambos sentados frente al líder de la LCR. Alain Krivine, y alrededor de otros dirigentes izquierdistas y de uno de los secretarios nacionales del Partido Socialista (PS), el señor Gilles Martinet.

Esta imagen de «unión de la izquierda disidente» ha sido generada según algún comentarista por el ostracismo de los dos principales partidos de izquierdas, comunistas y socialistas que tras su derrota electoral en marzo «han cerrado filas por incapacidad revolucionaría para reconocer sus errores». Los debates reflejaron, en primer lugar, una convergencia total a la hora de criticar a las direcciones del PCF y CS.

El tema sobresaliente, el eurocomunismo, dio lugar al señor Ellenstein para afirmar: «El lazo de la democracia representativa y la ampliación de la democracia en todos los aspectos debe ser el sentido profundo del eurocomunismo.» El representante del PCE, Malo de Molina, dijo sobre la misma cuestión: «El eurocomunismo rechaza el reformismo, que supone el mantenimiento de las estructuras de la sociedad. El eurocomunismo supone la negación de¡ modelo de la revolución soviética, del modelo de clase contra clase y de aquel, según el cual es necesario destruir el Estado. »

Los representantes trostkistas manifestaron su desconfianza ante el eurocomunismo por su posible «colaboración de clases», pero admitieron que es intocable la «representatividad democrática». El filósofo y antiguo dirigente del PCF. Roger Garaudy, expulsado del partido, objetó también la causa del eurocomunismo y se refirió a su teoría del «nuevo bloque histórico» (obreros, técnicos, ingenieros, cuadros). Para Leónidas Pliutch, el matemático disidente soviético, «el eurocomunismo reviste gran importancia para los disidentes de mi país».

Por otra parte, el modelo socialista soviético fue condenado unánimemente, y el señor Ellenstein advirtió al respecto: «No es posible el desarrollo del eurocomunismo sin una independencia total respecto de la URSS y del PC soviético.»

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