Los suizos rechazan en referéndum un aborto limitado

De «punto muerto» calificó ayer la prensa helvética los resultados que se obtuvieron en el referéndum realizado el domingo último, en donde se consultaba a la ciudadanía sobre cinco distintos temas: el aborto, el cambio de horario en verano, «doce domingos al año sin auto», un presupuesto especial para las altas escuelas de investigación técnica y el aumento del precio del pan.

En los cuatro primeros temas consultados triunfó la mayoría del «no», es decir, el rechazo de las proposiciones, aprobándose sólo el alza del kilo de pan en diez centavos, por 54,8% de votos, contra 42,2% que se opuso a tal medida.El problema más controvertido a dirimir por esta votación directa -una nueva ley que establecia la legalidad de la práctica del aborto en las doce primeras semanas de embarazo- fue rechazada por una abrumadora mayoría de votos: 1.230.918 en contra y sólo 558.902 a favor. Sin embargo, las autoridades saben que los resultados de la votación no corresponden a los auténticos criterios de la ciudadanía sobre la materia. La corriente conservadora triunfante se oponía a esta «liberalización», pero también votaron en contra los liberales más radicalizados, pues consideraban que las disposiciones de la ley propuesta eran demasiado restringidas. De esta manera, la polémica continúa, sin que se descarte la posibilidad de que en un plazo constitucional determinado los suizos vuelvan a pronunciarse sobre una propuesta aún más liberalizadora que la rechazada el domingo.

La ley rechazada ayer permitía la interrupción del embarazo en las doce primeras semanas, pero imponía algunas condiciones o requisitos de tipo médico, relacionados con la salud de la madre o del feto; de tipo jurídico, en caso de violación, y de orden social, como son: situaciones de «angustia» o «apremio» social en la madre. Todas estas condiciones que establecía la ley propuesta y rechazada, debían ser certificadas por las autoridades respectivas. Este último punto, la corriente conservadora lo calificó desde un primer instante de «inadmisible», denunciando que se prestaría a abusos por su «complejidad ».

Por otra parte, existe un fuerte sector de la ciudadanía que propone que la solución definitiva al problema del aborto en Suiza lo dirima cada cantón por separado.

En Italia dos altos representantes de la Iglesia católica italiana, el cardenal Antonio Poma, arzobispo de Bolonia y presiden te de la Conferencia Episcopal, y el cardenal Giovanni Benelli, arzobispo de Florencia, lanzaron duros ataques contra la reciente aprobación de la ley que despenaliza el aborto y amenazaron con la excomunión para aquellos que lo practiquen, informa Efe.

El cardenal Benelli, considerado como uno de los firmes puntales del ala dura de la Iglesia italiana, se refirió al aborto como «pecado gravísimo que la Iglesia castiga con la excomunión». «Comete tal pecado -agregó el purpurado de Florencia- e incurre, por consiguiente, en la excomuníón quienquiera que , coopere a cometerlo (padre, madre, médico, enfermera, etcétera). »

Benelli afirmó, igualmente, que, sí bien la moral cristiana impone el respetar y obedecer la autoridad constituida y a sus instituciones, exige, antes que nada, respetar los derechos del hombre y observar los derechos de Dios. «Obedecer antes a Dios que a los hombres.»

La reciente asamblea de obispos italianos condenó duramente la despenalización del aborto en Italia. Pero no todos los altos representantes eclesiásticos italianos son favorables a la propuesta del grupo católico laico Movimiento por la Vida, apoyada por el cardenal Benelli, de obtener la convocatoria de un referéndum nacional que permita la abrogación de la ley actual.