La "cumbre" de la OTAN analizará la adhesión de España

El eventual ingreso de España en la Alianza Atlántica constituirá uno de los temas centrales en la llamada «agenda secreta» o privada de la reunión primaveral de los países miembros de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), que con asistencia de la mayoría de los jefes de Estado o Gobierno de dichas naciones, y con carácter de cumbre, comienza hoy en Washington.

Aunque el tema español no figura en el orden del día de la reunión, y no se espera tampoco que salga a la luz en la información que trascienda de la cumbre, si será uno de los puntos centrales que se analizará al más alto nivel entre los jefes de Estado o Gobierno asistentes.

Fuentes norteamericanas de Madrid y Washington han confirmado a este periódico que en las conversaciones de la cumbre, tanto el Gobierno del presidente Carter como el canciller alemán. Helmut Schmidt (responsables de los dos países que más interés muestran en el ingreso español en la OTAN), estudiarán varias alternativas u opciones para proponer, en un plazo de tres años, el ingreso de España en la Alianza Atlántica.

Una de estas opciones partiría, según fuentes dignas de crédito, del curso de una invitación formal de la OTAN al Gobierno español para el futuro inicio de conversaciones a nivel técnico sobre el tema en el plazo de un año o año y medio. El curso de esta invitación que el Gobierno español espera, no está previsto —según han apuntado ciertas informaciones— que se produzca inmediatamente después de esta cumbre, aunque no se descarta que la reunión de Washington, en su comunicado final, haga una mención a la «deseada contribución española» en los planes defensivos de Europa Occidental a largo plazo, que se aprobarán en Washington mañana.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, intervendrá el próximo viernes ante la asamblea general extraordinaria sobre desarme que se celebra en las Naciones Unidas, en Nueva York. En su estancia en esta ciudad. Oreja se reunirá con su colega norteamericano, Cyrus Vance. Tanto en esta entrevista como en la próxima reunión semestral del Consejo Hispano-norteamericano, que podría celebrarse a mediados o finales de junio en Madrid, el secretario de Estado Vance informará a los españoles de las discusiones mantenidas sobre el ingreso de España durante la cumbre de Washington.

Según nuestras fuentes, el hecho de que en las dos últimas reuniones en la cumbre de la OTAN (mayo 1977. Londres, la anterior) se haya preferido considerar el tema de la adhesión de España a la Alianza Atlántica en privado, obedece a la particular situación política española, en la que el citado ingreso es centro de un debate apasionado entre los partidarios (UCD, Marina y Fuerza Aérea española más ciertos sectores del Ejército de Tierra) y los que se oponen al mismo (PSOE y otros sectores del Ejército de Tierra).

A este respecto, fue el propio Gobierno Suárez quien, en conversaciones al más alto nivel gubernamental, sugirió a la Administración Carter, hace aproximadamente un año, que el tema del eventual ingreso de España en la OTAN se considerase bajo un tratamiento «low profile», o bajo cuerda, en espera de que el proceso de democratización española culminase con la elaboración de una Constitución y con una posterior clarificación, en el Parlamento o en un referéndum, del tema a nivel popular. Desde entonces, ha sido la propia Administración Carter, quien en contraste con la posición defendida por el ex secretario de Estado Henry Kissinger, ha mantenido todas las referencias públicas a la citada cuestión —incluso su apoyo a la adhesión— bajo el prisma de la moderación.

Fuentes de procedencia atlántica han señalado, con relación a este misma tema, que la eventual incorporación de España en un proceso paulatino a la OTAN y sus organismos (primero a nivel político, luego al militar) responde a un plan o programa compuesto por el actual equipo que dirige el Ministerio español de Asuntos Exteriores y en el que habrían participado los expertos sobre cuestiones norteamericanas y atlánticas del citado departamento.

En otras áreas de este Ministerio se identifica, no obstante, este plan con el del partido UCD, pese a que éste sería respaldado por varios e importantes sectores responsables de la política defensiva española.

Dicho plan, de una manera general, también contaría con el respaldo entusiasta del comandante en jefe de las fuerzas conjuntas de la OTAN, general Alexander Haig, y de sus jefes en el Departamento norteamericano de Defensa y en la Casa Blanca, así como la Junta de los Jefes de Alto Estado Mayor de los Estados Unidos.

En el último informe anual de este organismo, su jefe, el general George Brown, volvía a expresar públicamente el apoyo de los jefes conjuntos de Estado Mayor norteamericanos a la incorporación española a la OTAN y abiertamente sugería que el tema había sido ampliamente discutido a nivel político por los Gobiernos de ambos países que, en una referencia no desmentida por ninguna de las dos partes, «mantienen conversaciones al respecto».

Los obstáculos

Por otra parte, el principal obstáculo que, tanto la Alianza Atlántica, como organismo, como el Gobierno español, contemplan a la eventual incorporación de España se concreta en la firme oposición pública del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Esta oposición, pese al viaje de Felipe González a Estados Unidos, el pasado noviembre, y el posterior de los diputados socialistas Enrique Múgica y Luis Solana, no se ha modificado ni públicamente ni privadamente.

No obstante, algunos sectores de UCD y del Gobierno están con vencidos de que un cambio (posiblemente por vía de la abstención de un eventual debate y voto parlamentario) se producirá de aquí a cuando el tema de la adhesión se plantee antes de 1981, fecha cuando expira el Tratado de Amistad y Cooperación de 1976.