Clausura del Simposio sobre "Significación científica del hecho religioso"
Carlos París, decano de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid, y el teólogo Reyes Mate clausuraron ayer, con ponencias sobre Filosofía marxista y crítica de la religión, el I Simposio sobre «Significación científica del hecho religioso», que se ha celebrado en la parroquia de Santo Tomás de Aquino, de la Ciudad Universitaria, organizado por Mañana Editorial y la comunidad parroquial.
En la sesión anterior intervinieron Miguel Angel Quintanilla, catedrático de Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Salamanca, y Fernando Urbina, especialista en teología histórica. El simposio también registró la intervención de Fernando Savater, Carlos Díaz, Javier Sádaba y Alfredo Fierro.El profesor París analizó el papel fundamental que la crítica del hecho religioso había jugado en la constitución del pensamiento de Marx y en el desarrollo del movimiento de emancipación del proletariado. Señaló que esta crítica forma parte de todo un movimiento de transformación histórica, enfrentándose con una situación paralizada que ha permitido un replanteamiento del hecho religioso desde la nueva situación del hombre en la historia.
En las actuales interpretaciones del pensamiento marxista, criticó su visión como sistema teórico cerrado, para indicar que la esencia del marxismo se encuentra en su teoría crítica de las formas sociales capitalistas y en la práctica transformadora de las mismas hacia una sociedad sin clases. Este planteamiento -según el conferenciante- abre grandes espacios de creación, para los problemas culturales y nuevas respuestas al hecho religioso como un tema de debate que no puede: considerarse cerrado dentro del marxismo.
Tesis antihistóricas
El teólogo Reyes Mate manifestó que no existe una crítica marxista de la religión. «Marx no crea una crítica de la religión desde su interpretación histórica del materialismo, sino que da por buena la crítica ilustrada de la religión. Lo que hace es extenderlo al campo de la política y de la economía». Esta operación -señaló- es trágica para el marxismo, ya que subsume en su teoría tesis antihistóricas, como el «pensamiento de identidad» y el concepto de «totalidad», que van en contra de la interpretación marxista de la relación teoría-práxis y de la explicación del sujeto de la historia. «Esta religiosización explica el hecho de que los políticos de los partidos marxistas no hayan superado el anticlericalismo o el coqueteo. Al pretender ocupar el espacio de la religión, ese marxismo se carga con todos los problemas de la concepción ilustrada de la religión.»
Racionalidad científica y teoría teológica
El profesor Quintamilla, que junto con el teólogo Fernando Urbina hablaron sobre Racionalidad científica y teoría teológica, explico que la racionalidad científica conlleva la noción de totalidad, con una característica que no puede hacerse apriorísticamente, sino que debe partir de un análisis del hombre histórico. La ciencia como proceso práctico se fundamenta en sí misma, por lo que queda desvalorizada la posible contribución del pensamiento teológico a la realidad humana, tanto en el plano teórico como en el de la praxis.Fernando Urbina señaló que hay una profunda convergencia entre la esencia de la modernidad, hija de la ilustración, y que consiste en la búsqueda de la libertad y realización total del hombre, y la lógica en la fe evangélica. Por eso -añadió- el lenguaje cristiano de la fe está abierto a la intercomunicación universal con la razón moderna, científica, social y política. «Se trata de un diálogo crítico mutuo, en el que la religión se libera de sus falsas formas alienantes y, a la inversa, la potencia crítica del Evangelio ayuda a que la conciencia del científico realice su propia autocrítica, para evitar el ser manipulado por el poder tecnocrático.»
Babelia
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