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Carter venderá más aviones a Tel-Aviv

En busca de un compromiso que evite el enfrentamiento con el Congreso sobre la proyectada venta de aviones norteamericanos a tres países de Oriente Próximo, la Administración Carter se mostró ayer dispuesta a incrementar el número de aparatos destinados a Israel, y a imponer restricciones en la utilización de los que se suministren a Arabia Saudita.

El secretario de Estado, Cyrus Vance, transmitió ayer esta oferta al Comité de Relaciones Exteriores del Senado, donde existe una fuerte oposición al proyecto del Gobierno de suministrar el sofisticado caza F-15 a un país árabe cercano a Israel. Previamente, la Administración había modificado su plan inicial de presentar las ventas de aviones a Egipto, Arabia Saudita e Israel como un «paquete» único. El Congreso tiene veinte días para aprobar el proyecto o para vetarlo, en caso de que voten esta última medida las dos Cámaras por mayoría simple.

De un lado, la Administración Carter ofrece al Congreso la venta a Israel de veinte unidades más del reactor de combate F-15, a sumarse a los quince aparatos incluidos en el proyecto inicial y a los veinticinco que ya fueron suministrados. La cifra total de F-15 enviados a. Israel sería, pues, de sesenta, igual número que se pretende vender a Arabia Saudita.

La segunda parte de la oferta consiste en obligar a los sauditas a que no estacionen los F-15 en la base aérea de Tabuk, que está situada a unos doscientos kilómetros de Israel, y en que los aparatos que se les vendan no estén equipados con proyectiles a¡re-tierra, ni con bombas, con lo que se limita su capacidad operacional, convirtiéndoles en simples aviones de caza. Estas garantías se complementarían con la promesa del Gobierno de Riad de que no comprara aviones de combate a otro país, especialmente Francia, hasta por lo menos 1983.

La oferta de Vance fue, en líneas generales, bien recibida por los congresistas. Sin embargo, los partidarios más radicales de Israel insistían ayer en que deben imponerse aún mayores restricciones a los aviones suministrados a Arabia Saudita, además de venderse todavía un mayor número de reactores de combate altamente sofisticados a Israel.

Cyrus Vance reforzó sus argumentos ante los senadores indicando que Arabia Saudita, uno de los principales productores mundiales de petróleo, corría el riesgo de sufrir una invasión por parte de algún país vecino, apoyado por «fuerzas extranjeras», similar a la intervención soviética y cubana en Etiopía. Por ello, es importante que Riad cuente con una fuerza aérea moderna, destinada exclusivamente a fines defensivos, añadió.

La primera prueba de hasta que punto han sido eficaces los argumentos de Vance y la oferta de la Administración se tendrá mañana, cuando los comités de Relaciones Exteriores del Senado y de la Cámara de Representantes voten sobre el proyecto de venta de aviones de combate. La votación final, en el pleno de las dos Cámaras, se realizará el próximo día 28 de mayo.

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