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Reportaje:

La energía nuclear: un ejemplo extremo de dependencia tecnológica

Si la casi totalidad de nuestro desarrollo industrial se ha realizado totalmente dependiente de los avances técnicos que se realizan en los centros de investigación situados en las grandes potencias capitalistas, esto es doblemente cierto en el caso de algunos sectores básicos de todo desarrollo, tales como las fuentes de energía, la informática, y el sector químico.Resulta especialmente significativo de los efectos de la dependencia sobre la política económica interior el Plan Energético Nacional, en el que para resolver o aminorar la dependencia del exterior en. el petróleo se encuentra la solución en la instalación de centrales nucleares donde nuestra dependencia es absoluta y total.

Las distintas fases del «ciclo del uranio», materia prima de las centrales nucleares

Los recursos nacionales de uranio natural son muy limitados, se estiman en 11.000 toneladas métricas de mineral. Como dato indicativo de esta limitación basta tener en cuenta que una central de mil Mw (de las que se instalarán once en nuestro país) necesita 250 toneladas métricas anuales. La dependencia del exterior actualmente es del 80%.La concentración del uranio natural (aumento del U-235) lo realiza actualmente ENUSA, empresa en la que el INI tiene el 60% del capital y el resto se lo reparten entre las empresas eléctricas privadas. Los procesos utilizados son, sin embargo, exteriores.

El enriquecimiento del uranio, operación necesaria para obtener el combustible de las centrales nucleares, se realiza el 38% por EEUU, el 26% por la URSS y el 28% por EURODIF, empresa francesa con participación de ENUSA. Dados los costes y la alta tecnología, necesaria para esta operación de enriquecimiento, no parece que podamos llegar a no depender del exterior. La fabricación del elemento combustible (barras o lingotes) se realiza en su totalidad por empresas americanas (General Electric y, Westinghouse).

Construcción, instalación y explotación de las centrales nucleares

La dependencia del exterior es también total, tanto en la ingeniería (las cuatro centrales actualmente en construcción son dirigidas por compañías americanas) como en la tecnología aplicada (todas las centrales construidas -menos una que ha utilizado tecnología francesa, hoy por cierto obsoleta- utilizan procesos y tecnología americana, aunque de diversos tipos). Los bienes de equipo, materiales que constituyen físicamente las centrales nucleares, son suministrados por EEUU o bien han sido construidos en España por las filiales en nuestro país de empresas norteamericanas, aun cuando hay quien piensa que de pender de Estados Unidos no es una verdadera dependencia, no se sabe muy bien por qué.

Recuperación y reprocesamiento del combustible irradiado

Se trata del proceso de recuperación de parte del uranio y del plutonio en el material que ha sido ya irradiado, se trata de un aspecto clave del «ciclo del uranio» que afecta a la rentabilidad del proceso. Dada la complejidad técnica y coste elevado de esta operación se depende completamente de EEUU y Gran Bretaña, limitándose España a almacenar los residuos en espera de que sean reprocesados y después de realizado este proceso a proporcionar los ya famosos «comentarios atómicos».

La dependencia tecnológica se traduce a nivel político y financiero

Los tratados de antiproliferación nuclear pueden suponer, en cualquier momento, restricciones en el suministro de combustible, uranio enriquecido, o del reprocesamiento de los residuos.En el convenio de cooperación suscrito con EEUU en 1974, relativo a usos civiles de la energía nuclear, se reconoce a EEUU la posibilidad de controlar, intervenir, vigilar, etcétera, nuestras instalaciones nucleares, así como revisar los proyectos y suspender o denunciar el convenio, exigiendo la devolución de materiales, equipos y dispositivos que la Administración de EEUU determine.

Las condiciones de escasez de la materia prima y su monopolio por las grandes empresas multinacionales permiten controlar el mercado, produciéndose elevaciones de precio considerables: en 1973 el precio del uranio concentrado era de dieciocho dólares el kilo, y en 1978 alcanza el precio de noventa dólares. El coste de una central nuclear en 1973 era de trescientos millones de dólares y pasa a ser de mil millones de dólares en 1977 (centrales de mil Mw, que son las que se construyen en nuestro país). Para financiar los enormes costes de las centrales nucleares las empresas eléctricas españolas acuden a los créditos internacionales, hasta este momento estos créditos han alcanzado la suma de 1.200 millones de dólares.

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