"La posibilidad de cambiar la Constitución es lo que hace estable a la democracia"
«Lo único que no debe cambiar en una Constitución es la posibilidad de cambiar. Eso es lo que hace realmente estable a una democracia», manifestó Gregorio Peces-Barba en nombre del Grupo parlamentarío Socialista. El señor Peces-Barba mantuvo la necesidad de una única Constitución, que cumpla de manera imprescindible las funciones de legitimación, seguridad yJusticia.El señor Peces-Barba expresó la satisfacción de su grupo por encontrarse en un momento deseado por los socialistas desde que se inició el camino hacia la democracia, como se reflejó ya en el programa electoral del PSOE para el 15 de junio.
El diputado socialista aludió a los planteamientos ideológicos generales de su partido, enmarcados en el socialismo democrático encaminado a lograr que la libertad política, la igualdad y la solidaridad puedan realizarse en nuestro país. Refiriéndose al discurso del señor Herrero que le había precedido, el señor Peces-Barba le calificó de conservador por estimar que defendía el Estado liberal de derecho y no el Estado social ni, desde luego, el Estado democrático de derecho.
Destacó la importancia de una Constitución única, «porque esto es lo que marca -dijo- la realidad de ruptura con la situación anterior». Añadió que la Constitución de 1978 debe cumplir tres funciones principales, no separables ni adaptables.
En defensa de la primera de ellas, la función de legitimación, el señor Peces-Barba dijo que por ella «se da respetabilidad democrática al Estado» y, a partir de ella, todos los órganos del Estado y todas sus instituciones están legitimados.
Se refirió después a la función de seguridad, por la clue la Constitución se convierte en norma de reconocimiento de las demás normas inferiores que organiza la estructura territorial del Estado, que forma -dijo- con la estructura de la división de los poderes, «la intención de limitar el poder y de profundizar la democracia».
Sobre la función de justicia dijo que no consiste en la utopía sino en el contenido de unos valores que dan sentido a la Constitución. «Por la función de justicia se reconoce en la Constitución los principales sujetos de la acción política, que son los partidos políticos, y también a otros sujetos de la vida social, como los sindicatos de trabajadores que actúan en la defensa de sus intereses.» Y añadió que por dicha función se recogen en la Constitución los principios generales de los derechos y los principios rectores de la acción futura del Estado en el campo nacional e internacional, así como se recoge, como límite de la acción del Estado, los derechos del individuo, los llamados derechos civiles y políticos; se organiza la garantía de los derechos y libert ades y de la propia supervivencia de la Constitución y se dan funciones de control en esas materias a los tribunales ordinarios, al ombudsman y al tribunal constitucional.
Función de legitimación
El señor Peces-Barba manifestó que el texto del anteproyecto de Constitución es suficiente para entrar en los debates y pasó a hacer algunas puntualizaciones, tras pedir al presidente de la comisión la máxima flexibilidad para la aceptación de. las enmiendas in voce, a fin de que no se pueda producir indefensión de ningún grupo parlamentario por haberse introducído por la ponencia, en ausencia del representante socialista, temas nuevos que no han podido ser enmendados por escrito.
El diputado socialista encuadró el voto particular de su grupo sobre la forma de Estado dentro de la función de legitimación que realiza la Constitución y dijo que la introducción de este punto de debate y, por supuesto, la aceptación democrática de los resultados del mismo, «es un servicio que consideramos imprescindible a la cómunidad en este momento».
Finalmente, el señor Peces-Barba hizo una valoración global positiva del texto del anteproyecto como documento de trabajo, aunque en algunas partes se ha empeorado en relación con textos anteriores. «En concreto, entendemos que el texto ha empeorado -dijo- en el poderjudicial, en economía y hacienda, en el tema de las autonomías y en la reforma de la Constitución.» Añadió que no entendía ni consideraba aceptable que el anteproyecto deje la organización del Senado para una ley orgánica teniendo en cuenta que la representación de las comunidades autónomas a nivel de todo el Estado es precisamente el Senado.
Reafirmó la idea socialista del consenso, entendido como la tendencia a «no hacer un texto donde exista algo que sea absolutamente inaceptable para un grupo parla,mentario», porque entendemos que «con esta Constitución deben poder gobernar todos; es decir, todos aquellos a los que la voluntad popular les lleve al Gobierno». En este sentido, el señor Peces-Barba ofreció la buena voluntad socialista para no hacer una Constitución partidista, sino una regla de juego válida para todos.
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