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Las inversiones en los próximos cuatro años ascenderán a 630.000 millones de pesetas

A 630.000 millones de pesetas ascenderán las inversiones en el sector energético en el cuatrienio 1978-81. De esta cifra más del 60% se concentra en el sector eléctrico y fundamentalmente en el programa nuclear. El Plan Energético aprobado ayer por el Gobierno confirma la puesta en marcha de las siete centrales en construcción, más otras tres de las que se encuentran en fase de autorización previa. El Plan define una nueva política de precios. Establece la creación de una empresa que coordine las interconexiones eléctricas y la red de alta con participación minoritaria del Estado y un delegado del Gobierno, así como el paso de la totalidad del capital de ENUSA al INI, que adquirirá el 40% del capital que controlan las eléctricas.

El Gobierno remitirá a las Cortes, para su consideración y aprobación, el Plan Energético aprobado ayer en el Consejo de Ministros. El plan está contenido en un documento de 170 páginas con una docena de capítulos.

Definición de objetivos

Los objetivos del Plan se concretan en los siguientes puntos de filosofía básica:

- Moderar los consumos energéticos y adaptarlos a los recursos nacionales.

- Garantizar la oferta de energía para cubrir las necesidades de crecimiento del producto interior bruto (PIB).

- Reducir el grado de dependencia y desconcentrar su origen.

- Prevenir los problemas ecológicos que la energía lleva consigo.

- Establecer una política de precios que reflejen los costes y eviten abaratamientos relativos de la energía.

Previsiones de demanda

A la hora de calcular la evolución de la demanda en el decenio que cubre el Plan se consideran previsiones de crecimiento del PIB del 1% en 1978 y acumulativa del 4 % en los otros nueve años. La previsión del 4 %, que para algunos parecerá optimista, se ha establecido en base a la necesidad de ese crecimiento para garantizar un cierto equilibrio interior (paro y precios) y exterior. En este punto el Plan señala la necesidad de que en el futuro se limite la inversión intensiva en el uso de energía y se limite el crecimiento de demanda de energía según el aumento del PIB. La tendencia histórica de la demanda señala una previsión para 1987 del orden de 161 millones de TEC (toneladas equivalentes de carbón) que se estima pueden reducirse a 145 millones TEC con una adecuada política de precios.

Política de precios

El Plan plantea que en el último año la energía se ha abaratado relativamente en un 12 %, que debe recuperarse. Los criterios políticos en materia de tarifas se concretan en los siguientes términos:

Los precios, antes de impuestos, deben regularse conforme a los costes, incluyendo amortizaciones a precios históricos, regularizadas según ley, pero sin incluir los costes de nuevas instalaciones que deban ponerse en servicio en el futuro. Es decir, las centrales nucleares no se financiarán por vía de tarifas antes de su entrada en servicio.

A la hora de establecer recargos o subvenciones para limitar el consumo energético se hará por vía de fiscalidad. El plan señala también que en la fijación de precios se tendrán en cuenta los niveles europeos, limitando la aplicación de subvenciones que supongan apoyos sectoriales.

Fuentes de energía

En cuanto a la procedencia de la energía a suministrar, el Plan insiste en la necesidad de limitar la dependencia del petróleo y poner el énfasis en el carbón, lo hidráulico y fundamentalmente lo nuclear. La estructura prevista para 1987 responde al cuadro I. te

La demanda de energía eléctrica crecerá en el decenio del plan con mayor ritmo que la total por la mayor penetración de la misma y su menor coste en divisas en los campos hidráulico, térmico de carbón y nuclear. En el año final del plan se pretende que el 35 % de la electricidad sea nuclear, el 28% hidráulica, el 26% térmica de carbón y el 11 % térmica por fuel.

Programa nuclear

El tema nuclear constituye una de las bases del Plan Energético. El plan razona la necesidad de recurrir a esta fuente en términos similares a otros países industrializados y prevé que además de las tres centrales actualmente en funcionamiento y de las siete en construcción en 1987 estén funcionando otras tres de las que están en fase de autorización previa. Estas trece centrales supondrán una potencia instalada del orden de 10.500 megawatios.

El plan dedica una parte importante del mismo a definir cuál debe ser la política de la Administración en el sector nuclear. Además de señalar que la siguiente central autorizada después de las ya señaladas será la de Escatrón, que será construida por la empresa pública, el plan precisa la política de actuación de Enusa (Empresa Nacional del Uranio) en los distintos pasos (del ciclo nuclear. En breve plazo se presentarán informes complementarios sobre la viabilidad (del ciclo nuclear y el acceso a su tecnología en todos los procesos excepto en el de enriquecimiento, donde España participa en diversas iniciativas de carácter multinacional.

Inversiones

El plan considera las inversiones previsibles en el sector energético para el primer cuatrienio (1978-81), que evalúaen 630.000 millones de pesetas (constante de 1977). La mayor parte de estas inversiones se concentran en el sector eléctrico y específicamente en lo nuclear.

Esta cifra de inversión representa el 7% de la formación bruta de capital del período considerado y el 1,7% del producto interior bruto.

Para prevenir la financiación de estas inversiones el Plan señala que procederá de ampliaciones de capital de las empresas que las protagonicen, emisiones de obligaciones en el mercado nacional, crédito internacional y financiación con cargo al Presupuesto del Estado.

Investigación de nuevos recursos

El Plan señala como política prioritaria la intensificación en la búsqueda de recursos nacionales y en este sentido prevé una coordinación de las actividades del Estado.

En materia de investigación de hidrocarburos se establecerán políticas coordinadas entre Enlepsa, CAMPSA y el monopolio de petróleos para coordinar su actuación.

La Empresa Nacional del Uranio pasará a ser integrante pública tras liquidar su participación en la misma las empresas eléctricas privadas, que en estos momentos controlan el 40% de la empresa.

En el sector eléctrico se prevé la creación de una sociedad para que se haga cargo de las interconexiones y de la red de transporte de alta tensión. La empresa estará participada por las compañías eléctricas conforme a su aportación de activos a la misma. Contará con un delegado del Gobierno para velar por los intereses generales del país.

En el carbón se pretende desarrollar la actividad de explotación en el interior hasta llegar en 1987 a alcanzar una producción que doble la actual, es decir, pasar de los dieciocho millones de toneladas actuales a 35,7 millones.

En el petróleo, aparte de estudiar la creación de organismos de coordinación, se alude a la necesidad de renovar los esquemas de producción de las refinerías para reducir la producción de fuel y mejorar la calidad de los derivados del petróleo.

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