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Antonio Rosón, presidente de la Junta de Galicia

Mediante consenso entre los doce miembros electos de la Junta de Galicia fue designado ayer presidente de dicho organismo el diputado de UCD por Lugo Antonio Rosón. Este nombramiento era ya esperado como seguro y la única novedad en el ente autonómico radica en la designación del extraparlamentario Marino Donega, en representación de los senadores independientes y de designación real. La Junta se encuentra ahora a un paso de su constitución oficial, que tendrá lugar el próximo martes, día 18.

Antonio Rosón declaró a EL PAÍS minutos después de conocerse su nombramiento definitivo que se encuentra emocionado por las responsabilidades contraídas, «ya que partimos de cero en Galicia -dijo-, al no haber habido nunca ni siquiera una comunidad de diputaciones». Con respecto a las inmediatas actuaciones que puede emprender la Junta, el presidente Rosón habló de elaborar inmediatamente su reglamento de régimen interior y de establecer las comisiones mixtas que negocien con el Gobierno y las diputaciones la distribución de competencias. «A más largo plazo -contestó-, es evidente que los problemas vitales de Galicia son básicamente la ordenación territorial, las obras públicas, la vivienda, el urbanismo, la defensa del medio ambiente, etc. Y, sobre todo, el ir preparando un anteproyecto de autonomía.»El presidente gallego manifestó que buena parte del subdesarrollo que sufre Galicia es imputable a la falta de instituciones públicas propias. «Galicia es un país -explicó- que tiene una gran riqueza de instituciones en el orden privado, pero en cambio careció de instituciones y de derechos públicos. Precisamente esta circunstancia de no tener una vida pública propia fue uno de los elementos que más contribuyeron al subdesarrollo gallego.»

Comentó favorablemente la inclusión de un extraparlamentario galleguista en la Junta. «A mí me parece -dijo a EL PAÍS- que esto enriquece extraordinariamente a la Junta de Galicia, al concurrir en el designado circunstancias excepcionales. La primera de todas, que tiene en su haber una línea de galleguismo de más de cuarenta años.»

Comparando los regímenes preautonómicos alcanzados por Cataluña y Euskadi con el de Galicia, afirmó que hay solamente diferencias de matiz. «Por ejemplo, el proceso catalán se produce -declaró- a través de un sistema evidentemente presidencialista y aquí va a tener un carácter más colegiado. Pero en realidad, y en el fondo, yo creo que no hay diferencia ninguna de trato.» El primer presidente autonómico gallego confesó finalmente que nunca pensó en llegar a la presidencia de la Junta. «Fue todo -explicó- producto de los acontecimientos.»

Y acontecimientos hubo también para que llegara a realizarse al fin la designación de un representante de los independientes de la Junta. Entre los cindo senadores que debían hacerlo hubo sus más y sus menos para ponerse deacuerdo. Está ya claro que Camilo José Cela se oponía al nombramiento de Paz Andrade y que éste se desentendió a última hora de la designación. García Sabell no quería a Iglesias Corral y todo esto parece haber sido la verdadera razón para que se incluyera finalmente el nombre de un extraparlamentario, Marino Donega, como miembro de la Junta. Ramón Piñeiro, para quien habían pedido participación los socialistas, algunos centristas y los independientes, se quedó sin nombramiento, tras ser vetado, al parecer, por algunas fuerzas políticas, que consideraron que no debería incluírsele, por tratarse de un candidato electoral que no salió victorioso de los comicios del 15 de junio.

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