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J. Satrústegui: amenazadas las libertades municipales

«Si Adolfo Suárez y Felipe González no dan a última hora nuevas consignas a los senadores de sus respectivos partidos (especialmente Suárez, que, en la práctica, domina al Senado), el texto del proyecto de ley de Elecciones Municipales, aprobado ya por el Congreso, será ratificado por la Cámara alta y quedará con ello consumado el atropello que amenaza destruir las libertades municipales (que es tanto como decir la base misma de la democracia) en beneficio de los dos grandes partidos. Veamos de qué se trata:Usted, lector, estará seguramente convencido, lo mismo que yo, de que, como en la Europa occidental, los vecinos de los pueblos y ciudades de España deberían poder elegir libremente a los concejales de sus ayuntamientos. Pues no. Usted y yo estamos en un error. Lo verdaderamente democrático y conveniente para nuestros municipios es que quienes pretendan servir a su comunidad local como concejales se vean obligados de hecho a presentarse a la elección como candidatos de UCD o del PSOE.

Mediante el proyecto de ley que estudia ahora el Senado parece como si el partido del Gobierno y el mayor de la Oposición pretendieran repartirse nuestros pueblos y ciudades dividiéndolos en sólo dos bandos que acabarían odiándose a muerte. El proyecto de ley está orientado justamente en la dirección contraria a la que conviene a una política moderada, esto es, civilizada, en nuestros pueblos.

¿Qué es lo mejor para que éstos gocen de ese tipo de vida? Que la política de carácter nacional no influya en exceso en la municipal.

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En resumen: los partidos pequeños, medianos y grandes no podrán coaligarse (a pesar de que ello sería conveniente en muchos pueblos) porque todos perderían la libertad de concurrir en solitario a las elecciones en otros municipios.

La consecuencia será una nociva actitud, excluyente de todo matiz, por parte de los hoy poderosos UCD y PSOE, que concurrirán en solitario a las elecciones en todos los pueblos, no únicamente porque así lo decidan -que está en su derecho-, sino porque en la práctica el texto de la ley impondrá esa actitud a ellos y a los demás partidos.

La cosa carece de sentido. Cada municipio es y debe ser políticamente un mundo aparte. Desde un punto de vista democrático es censurable que se coarte a sus vecinos la libertad de constituir cualesquiera coaliciones por el hecho de que esas coaliciones u otras se hayan constituido o no en municipios diferentes.

El texto del proyecto de ley arrolla a las minorías, cuando la «verdadera democracia consiste en respetarlas.»

5 abril.

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