Creciente deterioro del medio ambiente en Galicia
Las actividades industriales o los intereses económicos privados, el turismo incontrolado, la caza o los incendios están siendo otras tantas causas de deterioro grave del medio ambiente gallego y de la degradación de los ecosistemas según se desprende del estudio que dirigió el catedrático compostelano Francisco Guitián, por encargo del Plan director Territorial de Coordinación de Galicia.Un equipo de técnicos ha trabajado en la elaboración de un amplio informe estimativo de los daños causados al medio natural, según una escala variable de uno a. cinco, en la que el cero define las zonas sin peligro de alteración de su ecosistema y el cinco las que están ya en trance de desaparición.
Sin riesgo de alteración, se registraron únicamente tres áreas gallegas. El macizo de El Dindo, en La Coruña; la isla Coelleira, en Lugo, y el monte Castrove, en Pontevedra « Como medio susceptible de sufrir alteraciones todavía sin concretar, aparecen relacionadas las islas Sisargas, la ría de Ortigueira, la marisma de Carnota, la sierra de Capelada, el cabo Villán, los montes de Barbanza, la ría de Ribadeo, la sierra de O Xistral, los montes Cuadramón, la sierra de Xures y los montes de Mougás.
Ofrecen algunos riesgos a corto plazo las lagunas de Valdoviño, Doniños y Louro; la sierra Queixa, las islas de Ons, la ensenada de O Grove. En el grado tres de la escala (riesgo de alteraciones actuales o futuras) están las marismas de Corrubedo, la sierra de Ancares y O Caurel y las islas Cíes.
Los ecosistemas que presentan mayor gravedad actualmente, y que son considerados por el informe en trance de desaparición, son los correspondientes a la playa y marisma de Valdaio y a la Fraga de Caaveiro, en la provincia de La Coruña. En serio peligro (grado cuatro de la escala) se encuentran la ría de Puenteceso, la isla de Sarón y los montes de Peña Trevinca.
La mitad de los. lugares que ofrecen peligro están en la provincia de La Coruña. De todas maneras, y según el informe, se acusa en toda Galicia una notable falta de planificación en la protección del medio ambiente. Se dan así los casos, ya prácticamente irreversibles, de Valdaio y Caaveiro, en los que están desapareciendo definitivamente algunas de las condiciones biológicas que fueron únicas en otros tiempos. En el caso de Caaveiro, la tala y las repoblaciones con especies exóticas están modificando uno de los más importantes medios naturales de Galicia. El lugar constituye un biotipo de excepcional valor que lo hace refugio incomparable para numerosas especies animales protegidas por la ley o en trance de desaparición.
El equipo del profesor Guitián propone una serie de medidas correctoras, o, por lo menos, contenedoras, de la degradación, que van a ser propuestas con carácter vinculante a la Administración por parte del Plan director Territorial de Coordinación de Galicia. Se va a tratar de que se declaren varias zonas de interés nacional, parques naturales, etcétera, a la vez que se buscará el control de la acción industrial o urbanística.
Algunas zonas, como las marismas de Corrubedo, sufren la amenaza de urbanizaciones, que acarrearían la total destrucción de la fauna y del paisaje. Otras, como la de Caaveiro, reciben actualmente un incontrolado número de visitantes, que aceleran la degradación existente. En Galicia son pocos los que quieren que la actividad del hombre llegue a situaciones límites, como la que alcanzó la ría de Pontevedra, por ejemplo, debido a una planta de celulosa. En este sentido, el informe del profesor Guitián no parece producirse en mal momento, al llegar justo en los principios de la preautonomía gallega.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.