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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Erotismo y violencia

En el prólogo de esta novela Boris Vian cuenta que Vernon Sullivan, su presunto autor, llegó a escribirla. por considerarse más negro que blanco; que la publicó en Francia, en lugar de en su natal Estados Unidos, porque el realismo de algunos de sus pasajes se hacía incompatible con el puritanismo norteamericano; para finalmente analizar su estilo, apoyado en lo erótico, en Henry Millery en lo policíaco, en James M. Cain y James Hadley Chase. Pero Vernon Sullivan nunca existió, sólo era el pseudónimo empleado por el propio Boris Vian para publicar esta novela.Escrita en 1946 durante quince días, cuando Boris Vian sólo tenía veintiséis años, como un juego para sacar de sus apuros económicos a un editor amigo que quería publicar una novela norteamericana de la «serie negra», que en aquellos años estaban de plena actualidad alcanza tal éxito que enseguida sobrepasa los 100.000 ejemplares de venta y en los dos años sucesivos se ve obligado a escribir otras tres, mientras se preparan una adaptación dramática y otra cinematográfica de la primera, ajenas por completo a su autor, atado por un draconíaco contrato.

Escupiré sobre vuestra tumba

Boris Vian. Ediciones Júcar. Madrid, 1977.

Ingeniero, trompetista de jazz, admirador de Louis Armstrong y Duke Ellington, cantante, autor de letras de canciones, animador de las primeras caves existencialistas de la postguerra francesa, experto mecánico especializado en automóviles antiguos, traductor, ensayista, conferenciante, poeta, dramaturgo, novelista, libretista de óperas y ballets, eficaz ebanista, pintor, inventor, Boris Vian nace en 1920 y muere en 1959, víctima de una insuficiencia aórtica que le había perseguido durante su corta y agitada vida. Junto a los escritores franceses Simone de Beauvoir, Albert Camus, Jean-Paul Sartre y Raymond Queneau, a la cantante, también francesa, Juliette Greco y a los músicos norteamericanos de jazz Miles Davis y Charlie Parker, Boris Vian es uno de los más característicos representantes de la postguerra francesa y del movimiento existencialista que nace en ella y no tarda en dar la vuelta al mundo.

Boris Vian no tardó mucho en comprender que iba a ser mucho más conocido por aquella novelucha escrita en quince días, que detestaba, que por cualquiera de las restantes excelentes novelas y obras teatrales escritas posteriormente o por cualquiera de sus múltiples actividades. A pesar del descubrimiento y relanzamiento de su obra, efectuado en 1963, que casi le convierte en un autor famoso, en la actualidad se le sigue conociendo mucho más por haber escrito Escupiré sobre vuestra tumba que por cualquier otro de sus trabajos, como una vez más prueba el hecho de que la mal editada y peor traducida versión castellana se haya agotado, sin necesidad de la menor publicidad, en muy poco tiempo.

La historia de Lee Anderson, el negro que parece blanco y que trata de vengar la muerte de su hermano asesinado por un grupo de racistas, indudablemente es una hábil mezcla de erotismo y violencia que se lee con facilidad y que explica el escándalo literario que originó a finales de los años cuarenta; pero también es una novela absolutamente despersonalizada. Sólo tiene una mínima relación con el mundo desesperado y absurdo característico de las restantes obras de Boris Vian y a niveles absolutamente anecdóticos, como puede ser que el protagonista trabaje en una librería o que sea un entusiasta del jazz; y ni siquiera como pastiche de la literatura negra está lograda. Su erotismo directo, mala imitación del de Henry Miller, no tiene nada que ver con la violencia característica de James Hadley Chase y su intento estilístico, a lo James M. Cain, de escribir una narración en primera persona se quiebra en los tres últimos capítulos por falta de habilidad narrativa.

Este éxito tardío español de Boris Vian, a través de una de sus peores novelas, debido a los treinta y un años de prohibición que pesan sobre ella, es de esperar que sirva para la publicación de sus muy interesantes novelas y obras teatrales, que tan sólo han alcanzado una mínima repercusión entre nosotros, y no sólo para la publicación de sus otros tres intentos dentro de la novela negra, que todavía son peores que el primero.

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