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Gran Bretaña construirá una nueva planta de reprocesamiento nuclear

El año próximo comenzarán en el noroeste de Gran Bretaña las obras preliminares de una gran planta para el reprocesamiento de combustible nuclear, cuyo costo se cifra en 1.200 millones de dólares, y que entrará en servicio a finales de la próxima década. La Cámara de los Comunes ha aprobado, por una mayoría de 130 votos, el proyecto del Gobierno para llevar adelante en Windscale (Cumbria) unas instalaciones atómicas que permitirán el tratamiento anual de 1.200 toneladas de residuos, el doble de las actuales necesidades británicas.

La oposición de un grupo de diputados de la izquierda laborista, liberales y nacionalistas escoceses, no ha bastado para contrapesar un voluminoso informe sobre Windscale, encargado por el Gobierno y publicado hace un par de semanas. La planta atómica, pendiente de «luz verde» en una nueva vista parlamentaria que se desarrollará el mes próximo y se da por superada, enfrentará a Londres con los intereses de Washington, que se opone a que terceros países desarrollen la tecnología del plutonio y arguye que ello favorece la proliferación de armamentos nucleares.

El ministro del Medio Ambiente, Peter Shore, dijo en el Parlamento que en su opinión la planta británica -que procesará un gran volumen de residuos extranjeros- disminuirá el interés de otros Gobiernos por tener sus propias instalaciones y contribuirá a reforzar la salvaguardia atómica. La Casa Blanca, que mantiene firmes pretensiones de controlar el desarrollo occidental de las técnicas de reprocesamiento atómico, estaría estudiando ya la manera de limitar la iniciativa británica a través del combustible nuclear, en buena parte de origen norteamericano y cuya manipulación necesita el consentimiento expreso de Washington.

Independencia nuclear

Dejando a un lado los argumentos retóricos de las partes interesadas, de lo que se trata para los más poderosos Gobiernos occidentales es de tener o no autonomía en un sector que es altamente considerado prioritario. El punto fundamental del informe sobre Windscale -que ha sido elaborado durante meses bajo la dirección de un juez- es la necesidad británica de evitar la dependencia exterior en este terreno. Suplementariamente, los redactores del documento consideran que el volumen de residuos ya acumulados en este país justifican un centro propio de tratamiento y que los beneficios económicos que se derivarán de contratos para reprocesar combustible de otros países alcanzarán Cifras de centenares de millones de dólares.Cuestiones como el peligro de terrorismo atómico, o la problemática custodia del plutonio producido en el curso de las operaciones de regeneración, han sido contestados a medias por el Gobierno, que si de un lado alega como garantía su larga experiencia en materia de seguridad nuclear, de otro reconoce que esos peligros existen y que no puede excluir absolutamente la posibilidad de contaminación radiactiva o de un ataque contra una instalación clave.

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